Tras varios estudios, un grupo de investigadores de la Universidad de Alberta, en la ciudad de Edmonton, descubrió que el Acesulfamo-K (ACE) funciona como señalador de la presencia de esta secreción líquida en el agua, indicó El Espectador.

Esta sustancia, un edulcorante artificial generalmente utilizado para elaborar alimentos y bebidas procesadas, se elimina a través de la orina, lo que hace que sea fácil de identificar cuando está en contacto con otras sustancias como el agua.

Los investigadores analizaron 250 muestras de agua de 31 piscinas y jacuzzis de hoteles y centros recreativos de 2 ciudades de Canadá, durante 3 semanas. Por otro lado, analizaron 90 muestras de agua del grifo, utilizada para llenar esas piscinas.

Los resultados arrojaron que durante ese periodo se acumularon 75 litros de orina en la piscina más grande (840.000 litros) y 30 litros en la más pequeña (420.000 litros). En el caso de los jacuzzis, el nivel se triplicó en comparación con las piscinas.

Para los científicos este es un paso muy importante, pues pretenden que los bañistas tomen conciencia, ya que algunos compuestos de la orina, como el ácido úrico, reaccionan con el cloro de las piscinas y se crean subproductos que pueden causar irritación en ojos y piel, al igual que problemas respiratorios.