El embarazo tiene un fuerte impacto en el cuerpo de la madre, tanto en lo físico como en lo psicológico, al pasar por muchos cambios a lo largo de los 9 meses.

Por esto, el Museo de Ciencias e Industria de Chicago creó un video animado en el que explica claramente lo que sucederá en tu interior para “Make Room for Baby from you” (Hacer espacio para el bebé en ti), enseñando cómo se desplazan los órganos de la madre en el embarazo para dejar lugar al feto.

A medida que el útero aumenta de tamaño, los órganos internos empezarán a desplazarse ligeramente y a la vez se producen cambios del esqueleto para adaptar tu postura al embarazo y prepararte para el parto.

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Getty Images
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Durante la gestación, la piel se estira hasta 10 veces su tamaño normal para adaptarse al crecimiento acelerado de la barriga. Por esto es muy importante mantenerla bien hidratada desde el inicio del embarazo (o antes) para reducir la aparición de estrías.

El aumento de peso en el embarazo es de unos 12 kilos aproximadamente y no todo el peso corresponde al bebé en sí. Estos kilos son por el peso propio del bebé, por la placenta y el líquido amniótico, además del aumento del tamaño del útero, de las mamas y del líquido extracelular.

Adicionalmente, durante estos meses se producen cambios hormonales y reajustes a nivel respiratorio, hormonal, digestivo, circulatorio, renal, óseo y nervioso, por lo que podrías tener síntomas particulares como estreñimiento, dolores en los huesos y agitación.

Así se acomodan los órganos para dar espacio al bebé

Desde que inicia el embarazo, el útero se va expandiendo para hacerse su espacio dentro del vientre de la mamá. Los órganos a su alrededor se empiezan a desplazar hacia arriba de manera gradual, aún en las primeras semanas que la variación en tamaño parece ser mínima.

Aunque el bebé aún no esté haciendo presión propiamente, durante las primeras semanas, la vejiga ya empieza a estar comprimida por el útero, por lo que necesitarás orinar con mucha más frecuencia.

Aproximadamente desde la semana 10 del embarazo, el intestino grueso y el intestino delgado se desplazan hacia arriba y se comprimen, y el estómago se va elevando hasta quedar al mismo nivel que los intestinos. Esta es la razón por la que las digestiones se vuelven más lentas y pesadas, produciendo acidez.

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Llegando a la recta final del embarazo, cuando el tamaño que ha aumentado el útero es muy grande, el apéndice puede llegar a elevarse hasta casi la altura de las costillas.

Además, los cambios en el sistema digestivo causan que se compriman también los pulmones, generando la sensación de “falta de aire” y agitación hacia el final del embarazo.

Posteriormente, cuando nace el bebé, los órganos empiezan el proceso para reacomodarse poco a poco volviendo a su tamaño y ubicación natural. Además, el útero también se retrae en un proceso de “involución uterina” que en algunas mujeres puede causar contracciones después del parto (a veces bastante dolorosas), que ayudan a que el útero vuelva a su tamaño original.