Después de dos años llenos de incertidumbre y angustia por el COVID-19, el mundo entero comienza a tener un respiro y se permite hacer un análisis del impacto real de la pandemia. Y en ese balance es necesario revisar cómo han quedado los sistemas de salud, los cuales, como se sabe, han soportado cargas sin precedentes.

Jeremy Veillard, especialista ‘senior’ en salud para la región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, concedió una entrevista para la página de esta entidad en la que habló del estado de los sistemas de salud en la pospandemia y las lecciones que se deben tener en cuenta a largo plazo en la región.

Veillard pone de precedente que pocos sistemas de salud estaban preparados para una pandemia como el COVID-19, especialmente en temas como vigilancia, información y capacidades básicas de salud pública.

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En consecuencia, afirma que la pandemia dejó al desnudo las brechas importantes en la preparación y respuesta a epidemias de los sistemas de salud, y la necesidad de inversiones urgentes por parte de los gobiernos dirigidas a emergencias, preparación y respuesta de salud pública con el fin de fortalecer los sistemas de salud.

En ese sentido, señala que mientras el mundo entero transita hacía la pospandemia es inaplazable tener conversaciones que busquen políticas para fortalecer el sector salud, que necesita reponerse de la pandemia de manera urgente.

El experto también pone sobre la mesa temas urgentes como el desabastecimiento de los hospitales y centros de salud, la calidad del ambiente de trabajo de los profesionales de la salud, que se han visto afectados en su salud mental, y la escasez de fondos.

A continuación, algunos apartes de la entrevista, que puede leerse completa acá

¿Cuáles han sido las consecuencias de la pandemia en los sistemas de salud?

La pandemia ha tenido consecuencias devastadoras en los sistemas de salud de América Latina y el Caribe en 2020, con cierta recuperación en 2021. El acceso a los servicios de salud esenciales se vio en gran medida perturbado al comienzo de la pandemia, debido a los estrictos aislamientos en la región, los gastos de bolsillo para acceder a los servicios de salud, la reticencia de las personas a buscar atención médica por las infecciones, y una nueva priorización del talento humano del área de la salud a la salud pública y a las UCI. El impacto de la pandemia en los profesionales de la salud ha sido brutal, muchos se contagiaron o perdieron la vida a causa de la pandemia, otros están desgastados por las enormes presiones del trabajo durante este periodo.

También preocupa la interrupción o el aplazamiento de los servicios de salud esenciales: Las tasas de inmunización de los niños han disminuido, las personas con enfermedades crónicas no han podido acceder a los servicios, los jóvenes sufren de problemas de salud mental, y el acceso a servicios preventivos y de detección se ha visto afectado en gran medida. A largo plazo, todo esto tendrá repercusiones en los sistemas de salud, en términos de pérdida de vidas y discapacidad que podrían haberse evitado y en términos del impacto en la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud.

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¿Qué debemos esperar de los sistemas de salud en la región de América Latina pospandemia?

La pandemia ha mostrado brechas importantes en la preparación y respuesta a pandemias, y la necesidad de romper con una falta crónica de inversiones en emergencias de salud pública. Después de la pandemia, se debe esperar que los gobiernos realicen las inversiones necesarias en preparación y respuesta de salud pública, comenzando con redes de laboratorio y vigilancia más sólidas, inversiones en la fuerza laboral de salud pública e inversiones en mejores sistemas de información para rastrear y adaptarse a la dinámica de epidemias y futuras pandemias.

Además, será fundamental fortalecer los sistemas de salud centrándose en una atención primaria de la salud más resiliente, capaz de ayudar con la vigilancia y la respuesta a las emergencias de salud pública. Finalmente, la elusiva promesa de la cobertura universal de salud debe ser una prioridad para que los gobiernos brinden acceso a servicios efectivos y de alta calidad a todos los ciudadanos, especialmente a los más vulnerables, sin costo.

¿Qué lecciones ha dejado la pandemia y cómo se pueden llevar a la práctica en los sistemas de salud de la región?

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Hemos visto mucha innovación para mejorar el acceso a los servicios: por ejemplo, Colombia ha multiplicado por diez el número de consultas de telemedicina brindadas durante la pandemia. Esto también se aplica a otras innovaciones, como las cuentas bancarias en línea que se ofrecen a los más pobres para recibir beneficios de protección social durante los períodos de aislamiento. La transformación digital sigue siendo clave en la región, al igual que el uso de la tecnología para mejorar el acceso a la atención cuando sea necesario. Sin embargo, el acceso a la atención no siempre significa acceso a una atención de calidad, que es lo que la gente quiere.

Centrarse en aprovechar la tecnología para mejorar la calidad de la atención, especialmente para las personas más vulnerables o que viven en áreas remotas, será esencial en la recuperación de los sistemas de salud.