El informe fue publicado por el Journal of Physical Therapy Science y presentado durante el Congreso Europeo de Obesidad que se realiza en Viena, Austria, señala The New Yorker, y destaca que el ‘secreto’ está en que mientras se mastica el chicle se gasta más energía; si la caminata es larga, redunda en pérdida de peso.

El experimento, revela el Huffington Post, consistió en dividir las más de 4 decenas de participantes en 2 grupos: a uno se le ponía a caminar durante 15 minutos mientras masticaban chicle, mientras que al segundo grupo se le instaba a caminar durante la misma cantidad de tiempo, solo que se les administraba un polvo con los mismos ingredientes del chicle, de tal forma que lo ingirieran sin tener que masticar durante la caminata.

Los científicos, dice el ‘Post’, midieron variables como el descanso de los participantes, el ritmo cardiaco durante la caminata, la distancia cubierta, la velocidad y la cantidad de calorías consumidas.

El artículo continúa abajo

Luego de obtener los resultados de dichas mediciones, los investigadores encontraron que el ritmo cardiaco de los hombres y mujeres que masticaron chicle durante la caminata se incrementó sustancialmente con respecto de los que no lo hicieron.

Adicionalmente, los investigadores observaron que en los hombres mayores de 40 años hubo un consumo mayor de energía, aunque no así para las mujeres de esa misma edad o mayores.

Un estudio de 1999 citado por The Huffington Post decía que hombres sedentarios que masticaban chicle sin azúcar podían perder hasta 11 libras de peso en un año.