Convertirnos en padres es una enorme responsabilidad. Más allá de tener en nuestras manos la vida de pequeños seres humanos que dependen enteramente de nosotros para suplir sus necesidades básicas, también es nuestro deber criarlos y formarlos para ser adultos funcionales que aporten a la sociedad.

Por esto, muchas veces, la labor de la maternidad y la paternidad se convierten en tareas titánicas, temiendo que podamos equivocarnos (muchas veces de manera inconsciente), afectando el crecimiento, desarrollo y autoestima de los niños.

Claves para de una crianza saludable, según Harvard

Educar a los hijos requiere de una combinación perfecta de amor, límites claros, aprendizaje de comportamientos positivos, manejo emocional, fomento de la autonomía, un entorno seguro y una autoestima saludable.

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Sin embargo, lograr esta fórmula puede sonar muy complicado y aún más difícil de aplicar. Es por esto por lo que psicólogos e investigadores de la Universidad de Harvard han llegado a los “10 mandamientos” de la crianza, para ayudar a tus hijos a crecer y desarrollarse de manera saludable y feliz.

  1. Ama a tu hijo: este es el principal y más importante ingrediente en la educación de un hijo. Muéstrale tu amor y afecto cada día, así irás desarrollando una relación positiva con tu hijo, lo que se traduce en una educación exitosa y una comunicación abierta y honesta
  2. Sé un buen ejemplo que seguir: desde hablar y caminar, la mayor parte de los comportamientos que aprenden los niños es por lo que ven y por lo que les dicen. Por esto es clave que te conviertas en un buen modelo para tu hijo. Enséñale cómo actuar, aprendan juntos a manejar el estrés y las emociones para una buena convivencia y desarrollen habilidades de manejo emocional.
  3. Establece límites claros: los niños necesitan límites para sentirse seguros y protegidos, a la vez que se van formando para ser adultos responsables y respetuosos. Establece límites específicos, claros y coherentes que tu hijo entienda de acuerdo con su edad, sin que estas fronteras le impidan desarrollarse libremente.
  4. Celebra sus éxitos y fomenta su autoestima: reconocer los logros de tu hijo y celebrar sus éxitos le permitirán verse a través de tus ojos y el orgullo que sientes por ellos. Esto ayuda a fomentar una autoestima saludable, ya que se sentirán valiosos y capaces, a la vez que desarrollan la confianza en sí mismos.
  5. Escucha a tu hijo: toma un tiempo todos los días para escuchas atentamente a tu hijo y prestar atención a lo que dice. Este tiempo le ayudará a sentirse valorado, a desarrollar confianza en sí mismo, a confiar en ti y a la vez te da información importante para asegurarte de que todo en su vida marcha bien.
  6. Enséñale la importancia del respeto: tanto dar como recibir, entender que el respeto es la base de las relaciones sanas es fundamental. Si tu hijo comprende que el respeto es un valor no negociable en la vida, respetará a los demás, a sí mismo y exigirá que las personas en su entorno también lo respeten.
  7. Responsabilidad: con pequeñas acciones y labores de las que se pueda encargar, puedes enseñarle a tu hijo la importancia de ser responsable y de cumplir con sus obligaciones. Al adquirir compromisos se convierte en una ficha fundamental para que su entorno funcione, como el hogar o el estudio.
  8. Fomenta su autonomía: ayuda a tu hijo a desarrollar su independencia y a tomar decisiones por su cuenta. Permítele asumir responsabilidades y hacer elecciones apropiadas para su edad y desarrollo, a la vez que va entendiendo sobre consecuencias.
  9. Sé comprensivo: la comprensión y la empatía con los más pequeños ayudarán a que sean más amables, empezando por ellos mismos. Cuando haces que tu hijo se sienta apoyado y comprendido será más gentil con él mismo y replicará esto con las personas de su entorno.
  10. Educa al hijo que tienes, no el que “desearías” tener: como papás debemos hacernos a la idea de que educar no es intentar cambiar nada de nuestros hijos. Respeta la manera de ser de tu hijo, sus gustos, fortalezas y retos. Puedes explicarle lo que se espera de él y cómo comportarse, más no exigirle un cambio de su ser.