El experto aseguró que, a diferencia de las aves o los insectos voladores, los murciélagos “tienen muchas dificultades para elevarse desde el suelo” debido a la relación entre el peso y su capacidad de elevación:

“Las aves tienen huesos huecos, los murciélagos no. Los insectos están hechos de quitina liviana o tejido suave y liviano, los murciélagos no. Los murciélagos no tienen lo que podríamos llamar alas “poderosas”.

Pociask indicó que estos mamíferos voladores evolucionaron para contrarrestar el problema de su peso y, de esta manera, los murciélagos empezaron a hacer sus vuelos desde las alturas.

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El investigador añadió que como “las patas de los murciélagos no son buenas para posarse en una rama” debido a su musculatura, sus huesos y tendones, con el tiempo esos animales ‘encontraron’ la mejor forma de ‘despegar’ sin necesidad de estar en el suelo o una rama: ¡colgarse boca abajo!

De acuerdo con la explicación de Pociask, gracias a este “método de asistencia por gravedad, los murciélagos “pueden lograr un vuelo instantáneo incluso más rápido que las aves, que tienen que luchar contra la gravedad”.