El hombre, de 40 años, se enteró de la rifa y de la historia que había detrás de ella gracias a un amigo que trabaja como locutor en una emisora local, indicó Infobae. Aunque José se va a su trabajo en transporte público y a veces camina para llegar a la oficina, desde un principio tuvo claro que si se ganaba el sorteo, no aceptaría el vehículo.

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“Cuando hay una rifa para ayudar a alguien, siempre compro algún número, aunque no presto atención ni al precio ni a lo que se va a sortear”, aseguró el hombre a Diario de Cuyo, y luego agregó:

“No tengo hijos, pero siempre me pongo en el lugar de esos padres que tienen un hijo al borde de la muerte. Imagino el dolor y la angustia que sienten, por eso siempre trato de aportar un granito de arena para hacerlos sentir un poco mejor”.

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El pasado 21 de julio, la emisora donde trabaja su amigo anunció al ganador de la rifa, por lo que José debía acercarse a la empresa para recoger su premio. Infobae señaló que tan pronto como el ganador vio a la abuela de la niña, este le susurró al oído que no se llevaría el carro.

“Apenas se lo dije, la mujer se puso a llorar sin parar. No sabía cómo agradecerme el gesto. Pero yo no me imaginaba haciendo otra cosa. Era lo único que podía hacer. Después, decidimos grabar en video la ceremonia de la entrega de llaves para que la radio pudiera hacerla al aire”.

José agregó que luego de la rifa tuvo la oportunidad de conversar con Brenda, la pequeña con cáncer. Mientras le agradecía su gesto de solidaridad, la menor rompió en llanto.

Al final, la familia de la niña se quedó con el carro y los 51.850 pesos argentinos (5’450.000 pesos) que recaudaron con la rifa.