La pandemia significó un gran cambio en las dinámicas laborales que tenía Colombia. El teletrabajo reemplazó a la presencialidad y, junto con él, nacieron nuevos interrogantes sobre el trabajo en casa, las relaciones entre la empresa y el trabajador, y se empezó a hablar con más fuerza del tema de la salud mental de los empleados y los empleadores. 

Sandra López, especialista en salud ocupacional, afirma que “se aproxima una nueva pandemia con todas las enfermedades de la esfera mental”, producto de las secuelas que, hoy en día, sigue dejando la pandemia.

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La profesional en medicina laboral de una de las EPS más importantes del país explica cómo se ha manejado el tema de las incapacidades en teletrabajo y cómo ha sido asimilar la transición presencial-remoto. 

Con la llegada del teletrabajo a muchos sectores y empresas en Colombia, ¿qué balance nos podría dar, en cuanto a las incapacidades, con respecto a la anterior dinámica laboral (la presencial)? 

En el tema del teletrabajo, se ha evidenciado en las empresas una disminución del ausentismo laboral, es decir, una disminución en la generación de incapacidades temporales, dado que los trabajadores han estado laborando desde sus casas. Esto ha favorecido que los usuarios no busquen incapacidades como se presentaba en situaciones anteriores al teletrabajo. 

Esto confirma la teoría de que los trabajadores buscan la incapacidad porque quizás quieran estar al lado de sus familiares o atendiendo una situación familiar como el cuidado de hijos menores o padres en edades avanzadas. Hoy en día, con el teletrabajo, se ha evidenciado una disminución en la generación de incapacidades. 

A manera de explicación, ¿Qué parámetros incluye una incapacidad laboral en teletrabajo? 

La incapacidad temporal siempre está relacionada, independientemente de la modalidad de trabajo, con los días laborales. Si yo, por ejemplo, me incapacito hoy, me dan 3 días de incapacidad; lo cual es exactamente lo mismo, con o sin teletrabajo. El teletrabajo no modifica la normatividad relacionada con la incapacidad temporal en cuanto a los criterios de expedición o de pertinencia, es el mismo escenario.

¿Qué problemas han tenido que enfrentar las empresas con las incapacidades de sus trabajadores, ahora que no se puede controlar de la misma forma la veracidad de un impedimento para trabajar? 

Sí, esta es una situación que se presenta desafortunadamente con mucha frecuencia porque los trabajadores, ahora trabajando desde sus casas, abusan de esta situación y hacen actividades dentro de su jornada laboral de tipo personal. Afecta a las empresas importantemente, los afecta en la parte económica y social. Hay trabajadores, por ejemplo, que argumentan que están en un servicio de urgencias buscando la incapacidad y, de pronto, no están en ese escenario, sino que están haciendo otra actividad. Eso hace que se diluya un poco el control que tiene el empleador frente al trabajador, porque cuando estamos en nuestras oficinas, o en nuestras plantas o en nuestro sitio de trabajo, si me enfermo, mi jefe puede evidenciar que yo me aparto y me voy a un sitio de urgencias. En cambio, en teletrabajo, el empleador tiene que, de buena fe, creerle a su trabajador que va a ir a un sitio médico a buscar una incapacidad. 

La salud mental es uno de los temas que han salido a flote con respecto al teletrabajo durante la pandemia. ¿Cómo ha sido el flujo en el recibimiento de casos laborales por temas de salud mental? 

Bastante. La salud mental, en esta época de teletrabajo, se ha visto deteriorada. Podríamos estar hablando de una próxima pandemia con todas las enfermedades de esfera mental que ya se están generando en todos los grupos etarios, no solamente en la población trabajadora, también en la población adolescente y los adultos jóvenes. ¿Por qué? Porque la pandemia hizo que nos apartáramos de nuestro grupo social, de nuestros compañeros de colegio, de universidad, grupos de trabajo, etc. Esto hace que se haya perdido esa interacción social que es tan importante en el ser humano. Por supuesto, uno en su casa está con su grupo familiar, pero hace mucha falta ese tema de la interacción con otro grupo social.

¿Qué enfermedades mentales son las más comunes? 

El hecho de estar encerrados y no estar recibiendo el sol como lo recibíamos antes, el aire, el agua e incluso el mismo estrés que ocasionaba el tráfico está haciendo mucha falta actualmente. La esfera mental sí se está viendo afectada, se han incrementado los casos de depresión, de intentos de suicidio, de suicidio, no es ningún secreto que los casos de feminicidio han aumentado, hasta las separaciones de pareja también se han incrementado porque no estábamos preparados para convivir con una persona 24 horas por 7 días. 

Desde el área de salud ocupacional donde usted se desempeña, ¿cómo ha sido esa transición al teletrabajo permanente? 

Nosotros ya veníamos con el trabajo en casa, que es diferente al teletrabajo, mientras pasaba la pandemia. No pensamos que fuera a alargarse tanto. Por eso es que la EPS en la que trabajo decide formalizar la modalidad de trabajo en teletrabajo, y esto tiene un impacto contractual porque tenemos que firmar un otrosí donde se oficialice que estamos en teletrabajo porque las condiciones laborales cambian. Por ejemplo, la empresa nos trajo a nuestras casas los equipos de cómputo, debe facilitarnos la conexión a una VPN (una VPN es una red privada virtual que facilita la conexión remota y el acceso a los recursos corporativos) para estar conectados y muy seguramente vendrán otros controles ergonómicos: tendrán que ir a las casas los representantes de seguridad y salud en el trabajo a mirar cómo son nuestras condiciones de trabajo. 

En lo personal, ¿qué significó el cambio al trabajo en casa?

Hubo un periodo bastante difícil de adaptación al cambio, porque en mi caso, soy ama de casa, soy madre de dos hijos y vivo con mi esposo, eso implica que a la vez que estoy trabajando, tengo que estar cumpliendo con labores, como preparar los alimentos. Eso hace que las pausas activas sean ir a la cocina a terminar de preparar la comida, de pronto, a la hora del almuerzo ir a hacer algún pago y después de las 5 cumplir con otras tareas de mamá. Esto ha hecho que se dificulte un poco y que el desgaste sea mucho mayor, porque cuando uno está en la oficina, solamente está trabajando y se preocupa por su trabajo y sus funciones, y ya, pero cuando uno está con su cabeza en el computador y en la preparación de los alimentos, genera mucha tensión, mucho estrés y mucha ansiedad. 

¿Fue fácil asimilar el cambio?

Me costó mucho trabajo al comienzo, estoy hablando de más o menos 6 meses que fueron duros. Adicional, no ver a mi mamá fue bastante difícil para mí, pero después, logré asimilarlo y aceptar que ya había un cambio. No obstante, en estos días de tanto agite social y de tanto desorden, se ha reactivado esa angustia de que todo está cambiando. Pero ya vendrán tiempos mejores.

Autor: Juan Camilo Colorado.

*Estas notas hacen parte de un acuerdo entre Pulzo y la Universidad de la Sabana para publicar los mejores contenidos de la facultad de Comunicación Social y Periodismo. La responsabilidad de los contenidos aquí publicados es exclusivamente de la Universidad de la Sabana.