El rotativo neoyorquino tuvo acceso a centenares de documentos internos de la compañía de Mark Zuckerberg que revelan cómo compartió los datos sin el consentimiento de los usuarios y generó así su modelo de negocio a través de la publicidad.

Facebook autorizó a Bing, el buscador de Microsoft, a ver todos los nombres de las amistades de los usuarios de Facebook, mientras que al canal de películas y series Netflix y al servicio de música en streaming Spotify les permitió leer los mensajes privados de sus usuarios.

La red social también dio a la tienda en línea Amazon acceso a los nombres de los usuarios e información de contacto, y a Yahoo le permitió ver publicaciones de las amistades.

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Lo grave del asunto es que algunas de estas prácticas ocurrieron al menos hasta mediados de este año, cuando salpicada por múltiples escándalos de privacidad, Facebook había dicho públicamente que ya no lo permitía, escribe The New York Times en su nota de apertura que titula “Mientras Facebook construía un muro para la privacidad, abría un boquete para gigantes tecnológicos”.

Unas 150 compañías, en su mayoría tecnológicas, se beneficiaron de estos acuerdos para acceder a los datos de Facebook, que tiene 2.200 millones de usuarios, casi una tercera parte de la población mundial.

El director de privacidad de Facebook, Steve Satterfield, le dijo al ‘Times’ que ninguno de estos acuerdos violó los acuerdos de privacidad o los compromisos con los reguladores federales.

A los diferentes escándalos de privacidad de Facebook que han afectado la imagen y reputación de la empresa, se suman la controversia que rodea a la red social por el uso de su plataforma con el fin de difundir bulos y noticias falsas en procesos electorales con el objetivo de influir en los resultados.

En el caso concreto las elecciones presidenciales en EE. UU. de 2016, Facebook estimó que unos 10 millones de personas estuvieron expuestas a los más de 3.000 anuncios pagados por cuentas falsas supuestamente ligadas con Rusia.

El artículo de The New York Times revela, además, que estas prácticas de Facebook al compartir los datos deja “exentas de culpa” a las tecnológicas mencionadas.