Además en personas que ya desarrollaron tumores, practicar ejercicio físico con regularidad ayuda a abreviar el tamaño del tumor aún más que la quimioterapia.

La actividad física protege la estabilidad del ADN y así la replicación celular, una de las causas claves de la formación de tumores y su metástasis o expansión. Esto (el evitar la multiplicación celular excesiva) contribuye a prevenir que la célula mute, o se descontrole, que es el principio fisiológico del cáncer.

Además de prevenir, la actividad física moderada y regular también ayuda a reducir los tumores, incluso aún más que la misma quimioterapia, pues fortalece el sistema inmunológico y por consiguiente, a las células sanas del cuerpo. Valoraciones científicas anteriores ya habían corroborado que hacer actividad física de moderada a enérgica reduce el riesgo de cáncer y de otras enfermedades crónicas, como las enfermedades cardíacas y la diabetes. Pero el ejercicio debe ser aeróbico (con abundante consumo de oxígeno) como caminar, nadar, patinar, andar en bicicleta o correr.

Una nueva investigación científica vuelve a corroborar que la actividad física sistemática disminuye el ritmo de crecimiento de los tumores.

Las conclusiones de este estudio conducido por el doctor Jorge Enrique Correa Bautista, director del Centro de Estudios de Medición de la Actividad Física (CEMA) de la Universidad del Rosario, controvierten las creencias populares alrededor del cáncer que tienden a culpar a la predisposición genética o a la mala suerte como principales causas de la enfermedad.

Es decir también en su aparición temprana o complicación existen factores externos incidentes, en este caso como el sedentarismo, que induciría indirectamente la aparición o complicación de algunos tipos de tumoraciones. No depende solo de la condición genética.

Otro evento ligado directamente a la actividad física y riesgo de cáncer es el exceso de peso. La obesidad o el simple exceso de peso pueden corresponder en buena medida a la falta de actividad física, pero así mismo a una dieta inadecuada, alta en calorías. Mantenerse en el peso saludable a partir de la práctica de moderada de múltiples ejercicios físicos y/o deportivos blindarán así sea parcialmente contra un riesgo de cáncer temprano o complicado.

Incluso se mejoran muchos indicadores biológicos que intervienen en el riesgo de síndrome metabólico, evento predisponente de muchas patologías crónicas e incapacitantes. Es esencial aclarar que la rutina de una “mayor actividad física” solo es efectiva si está es ayudada de hábitos alimentarios mínimamente saludables. Es decir con el mínimo de grasas “trans”, saturadas (animales) y sin azúcar añadida.

Otras normas inevitables para prevenir el cáncer

Si la prevención del cáncer también está en nuestras manos, estos son otros comportamientos obligatorios que debemos seguir para ayudar a nuestro cuerpo a blindarse al menos en lo básico y necesario contra esta enfermedad. Las recomendaciones son:

  • No fumar ni usar ningún tipo de sustancias psicoactivas.

*Mantenerse en el peso saludable. Cada persona tiene un rango específico que deberá determinarse con precisión. Es mejor estar bajo de peso que con algo de sobrepeso.

  • Además de la actividad física cotidiana, sumar al menos 150 minutos semanales de ejercicio físico o actividad deportiva repartidos mínimo en tres jornadas a la semana.
  • Reducir en lo posible casi a cero el consumo de alcohol. También el de carnes y otros alimentos procesados y ultraprocesados (embutidos y similares)
  • Eliminar la ingesta de azúcar añadida (bebidas gaseosas, jugos artificiales, en el café, jugos naturales, tés y similares).

*Reducir al máximo el consumo de proteínas de origen vacuno (carnes rojas), especialmente cuando se tiene más de 45 años.

  • Ingerir diariamente unas cinco porciones de verduras y frutas.
  • Disminuir el consumo de anticonceptivos orales o inyectados.
  • Estimular la lactancia materna, no solo por el valor nutricional en el niño, también para regular la carga hormonal del seno en la madre.
  • Movilizarse diariamente una buena porción por sus propios medios, por ejemplo caminando, además hacer muchas labores que impliquen un importante gasto de energía. Alternativamente cuando las condiciones lo permitan apelar al uso de la bicicleta.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.