¿Sabe por qué? Vamos a descubrirlo en una explicación casi que con plastilina.

Se nos enseñó en las clases de Lenguaje (¡cómo no recordarlo!) que cuando una erre (-r-) queda en medio de dos vocales ─algo así como haciendo un emparedado gráfico─ ella debe duplicarse (rr). Por esa norma se escriben palabras como carro, arrogancia (no es para recordar a algún ex presidente colombiano, no); arremetida, arreboles, berrinche (olvide al expresidente, no es con él este asunto); berraquera, barra, derroche (no relacione este vocablo con los congresistas, ellos son austeros); parrillero; gamberros. Siga usted la lista, porque es inagotable.  

Pero es preciso anotar que en materia lingüística hay sorpresas. No se nos advirtió por aquel entonces, en la escuela, que ese fonema ─erre─ solamente se duplica si su pronunciación es fuerte. Apenas se nos dijo que va doble si queda en medio de dos vocales, tesis que apenas es correcta hasta la mitad.  

Cuando la misma letra ─erre─ tiene una pronunciación suave, aunque vaya en medio de dos vocales, no se duplica. ¿Cómo así?, dirá usted abriendo los ojos como para que le echen gotas oftálmicas. Sí, así es. Veamos:

Primer caso: abejorro, becerro, perro, error, ferrocarril, gorro, hierro, gorronear, irradiar, marrullero, parricida, querría, erre, sarro, tarro, villorrio, zorra, etcétera.

Segundo caso: aro, caro, duro, era, feria, gloria, giro, faro, feroz, ira, jirafa, lirio, loro, muro, oro, poro, querer, será, tiro, vera, etcétera.

¿Nota usted que todas las palabras del segundo caso llevan erre en medio de dos vocales? La diferencia con las del primer caso es que su pronunciación es suave, es decir, su sonido es el de una erre, no el de dos, como sí ocurre con las palabras del primer caso.

Pues bien. Encontré, en las escarbadas que acostumbro a hacer en los asuntos idiomáticos, dos acrónimos concebidos a contrapelo de esa norma que usted acaba de conocer (o de recordar, porque quizás sea usted un as en esto). Son ellos:

Asociación del Alto Ricaurte, organización no gubernamental del departamento de Boyacá. Sus fundadores incurrieron en error al escribir Asoricaurte, pues ahí la erre se pronuncia fuerte; luego se duplica: Asorricaurte. Si separamos ‘aso’ (de asociación) de Ricaurte, tendremos que pronunciar con sonido fuerte esta segunda palabra. En ese caso, se escribe con una erre. El detalle está en la composición del acrónimo Asorricaurte, donde la erre suena con vibración fuerte.

Aerorepública, como bautizaron una empresa de aviación, es el segundo caso. Pero escribieron mal el vocablo. Los publicistas saltarán a decir: «Es una marca comercial», porque para todos los errores son muy «creativos» en el intento de justificarlos. ¿Las marcas comerciales están exentas de la norma ortográfica? ¿Desde cuándo? ¿Dónde dice eso?  

Así que en este último caso volaron bajito (¡qué peligro!), porque debieron escribir Aerorrepública. Claro que he visto en algunas piezas publicitarias ese nombre escrito de modo fraccionado: Aero República. Ese intento por enmendar la metida de pata original tampoco se ajusta a corrección. ¿Qué es Aero? Se conoce aéreo, pero no Aero (con inicial en mayúscula, para colmo). ¡Tampoco cuadra! Además, los prefijos siempre van unidos a la palabra base (república, en este caso).

De modo que, para no volar con riesgos de un accidente, es Aerorrepública; y para que la Asociación del Alto Ricaurte no baje de nivel es Asorricaurte.

¿Comprendido? 

¡Erre!

PÍLDORAS IDIOMÁTICAS

NO SE DICE: Tierrero.

SE DICE: Terrero.

NO SE DICE: Perigüeño.

SE DICE: Pedigüeño.

NO SE DICE: A una semana del trágico asesinato.

SE DICE: Una semana después del trágico asesinato / Tras una semana del trágico asesinato.

NO SE ESCRIBE: Los gays.

SE ESCRIBE: Los gais.

NO SE ESCRIBE: Stand.

SE ESCRIBE: Estand, expositor, venta, vitrina.

NO SE ESCRIBE: Reconoser.

SE ESCRIBE: Reconocer.

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