Este título fue publicado hace algún tiempo en el periódico conservador El Frente, de la capital de Santander. Aunque no acusa imprecisiones gramaticales, el sentido sí está desviado. A la UIS ─según la información exacta─ se la estafó con la venta de un carro viejo, no con la compra. Fue el vendedor quien provocó el timo contra los recursos de la universidad, no ella. Corrección: «Con la venta de un carro viejo estafaron a la Universidad Industrial».

«El día 3 del presente mes de julio…». Redundante oración, y de uso muy frecuente. Es innecesario citar el nombre del mes si ya se ha dicho «del presente mes». Aunque, a decir verdad, es mejor la forma: «El 3 de julio» (sin la palabra día), pues esa es otra redundancia. La misma fórmula es válida para referenciar el año. No es necesario decir: «El 3 de julio del presente año de 2021». Lo preciso es directamente: «El 3 de julio de 2021». A propósito de los nombres de los meses, estos se escriben con minúscula inicial, siempre que no se comience oración con ellos. Aunque hay obstinados que argumentan: «Es que para mí los meses tienen gran importancia». La norma no hace disquisiciones sobre «la importancia» de los meses ni de los días; ni por ella se compone la ortografía.

«…justicia, seguridad social y sobre todo empleo, que es el gran flagelo…». En esta expresión, tomada de una oración larga pronunciada en una estación radial por un periodista, apenas hay una incorrección idiomática. La otra es una mentira. Se afirma que «el empleo es el gran flagelo» del país. No es así. El gran flagelo social es el desempleo, el empleo será la solución para combatir ese mal, que preocupa a varios millones de compatriotas que carecen de un puesto laboral. Segundo, entre la conjunción ye (y) y el vocablo empleo debieron escribirse comas, porque la expresión sobre todo es un inciso en esta oración.

«Este es el teléfono de la jefe de prensa que se llama Catalina Hoyos es 005- 521-310752… ella les pasa de una a la ministra». ¡Concurso de barbaridades aquí! Vamos por partes. Quien redactó este mensaje escribe como habla, y se nota que habla mal. Lo indicado es escribir muchísimo mejor que como se habla. Aunque hay quienes tienen la destreza de hablar y escribir estupendamente.

1. Lo que suministraba no era un teléfono sino un número telefónico.

2. Luego, aunque la norma admite el sustantivo jefe antecedido del artículo femenino la, lo ideal es decir ‘la jefa’ para que haya concordancia de género (artículo y sustantivo en femenino).

3. Faltó una coma enseguida del sustantivo prensa; y sobró la conjunción que. Como está escrito, se indica que, además de Catalina, hay otras jefas de prensa.

4. Enseguida de Hoyos sobró repetir el verbo es.

5. En cambio, después del verbo es, hicieron falta los dos puntos, puesto que se está anunciando algo, un número.

6. Al terminar el número, debió ponerse punto en vez de puntos suspensivos.

7. Y aunque la jefa de prensa sea muy eficiente, es bueno que pase a la ministra «de una vez», en vez de pasarla «de una». Es decir, que no se corte la oración. La jerga de la calle es para allá, pues allá nació; no tiene normativa lingüística. En los medios de comunicación las amputaciones no deberían tener cabida. 

«Dicha solicitud, de ser fallada en contra del sindicado, tendría además de la privacidad de su libertad, una sanción que va de 200 a 500 salarios mensuales legales vigentes». El redactor de esta oración posiblemente sea muy «privado» en todos sus actos, tanto que le metió «privacidad» a la privación de la libertad de alguien en líos judiciales. Con ese error generó otro: una cacofonía inútil (privacidad/libertad). ¡Imagínese lo que pasaría si existiese alguna norma que privase de la libertad, o aplicase unos cuantos salarios de multa, a los atropelladores del idioma! Pero hay más: no es la solicitud hecha la que recibirá una sanción monetaria, como se entiende en esta oración, es una persona investigada por un delito cometido. 

«En la obra de estabilización se desarrollan rellenos para encausar las aguas lluvia». ¡Insólito es el mundo judicial! Esta oración anuncia que le van a seguir un juicio penal a las aguas lluvias. Seguramente sea porque provocan deslizamientos de tierra, y con ellos, la muerte de personas. El error se produce por una pequeñez (pero no por eso sin importancia): falla la ortografía. El verbo encausar, escrito con ese (s) significa «adelantar un juicio jurídico contra alguien». Mientras que el verbo encauzar, escrito con zeta (z), significa «encerrar en un cauce una corriente o darle dirección por él; también, encaminar, dirigir por buen camino un asunto, una discusión». Y, por último, hay una discordancia en la misma expresión: «aguas lluvia». Debió escribirse: «aguas lluvias», ambos vocablos en plural.

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

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