Los parlamentarios debatían sobre la seguridad en las elecciones y la senadora Aída Avella reclamo seguridad a Iván Duque, además de pedir el cambio de la cúpula militar y del ministro de Defensa, Guillermo Botero, porque, según dijo, “no alcanza a comprender los problemas de Colombia”.

Avella señaló que las políticas del presidente y su incumplimiento frente a la implementación de los acuerdos han llevado a un posible regreso de la violencia en las zonas rurales del país y la incertidumbre de miles de campesinos que quedan en riesgo.

Además, ha calificado al Centro Democrático como “la bancada de la guerra” y ha cuestionado sobre “cuántos muertos necesita este Gobierno” para permitir la paz.

De inmediato, Carlos Felipe Mejía, acérrimo uribista, expresó su rechazo a que Avella les dijera “asesinos”, y continuó:

“Senadora, respete. Estamos cansados que usted aquí trate de acomodarnos los crímenes de quienes la rodean y han sido tan cercanos a usted toda su vida”.

Mejía dijo que su partido no ha “estado involucrado en hechos delictivos” y que ella los quiere relacionar “con el tema de las ‘Águilas Negras’, de los asesinatos de líderes sociales que son producto de la impunidad de los acuerdos de La Habana que defienden los criminales sentados a su lado; criminales, eso sí con miles y miles de asesinatos a lo largo y ancho de la patria”.

Esos señalamientos motivaron una reacción airada del senador de la Farc Pablo Catatumbo dirigida directamente a Mejía en la que le pidió que no llamaran criminales a sus copartidarios:

“El país ya empieza a cansarse, y el senado también, de estar escuchando su discurso vociferante y mentiroso. […] Estamos ya cansados de usted, hicimos la paz… la paz que usted se está tirando desde aquí. El que tiene que respetar es usted; debatamos ideas, pero no insultos”.

El video de ese momento fue compartido por la también uribista Paola Holguín para criticar la réplica de Catatumbo:

Este nuevo enfrentamiento se suma a varios hechos similares en los que los congresistas se han colmado la paciencia entre sí; en especial, por discusiones en torno a la violencia en las regiones y el Acuerdo de Paz.