Escrito por:  Redacción Nación
Ene 28, 2025 - 9:19 am

Luego del maremágnum político, económico y de opinión pública desatado por la decisión de Gustavo Petro de devolver el primer vuelo con deportados colombianos, se empiezan a conocer las historias detrás de ese hecho.

(Vea también: Perfiles de los deportados de Estados Unidos a Colombia, clave en pelea de Trump y Petro)

Uno de los conceptos fue emitido a Blu Radio por Alexander, un ingeniero mecatrónico de 36 años, que llegó a El paso (Texas) hace 12 años por Ciudad Juárez, en México. El hombre comentó que estuvo detenido en uno de los centros para migrantes, del cual dijo “es desagradable”.

A él le negaron el asilo. Mientras su permanencia allí vio personas encerradas en celdas, por lo que marcó que la alimentación “es pésima”, aunque en lo demás afirma que los trataron “bien” con “ropa, útiles de aseo y cama”.

Afirmó que los colombianos que compartieron con él estuvieron “amarrados cada vez que los desplazaban”, como medida de seguridad: “Me pusieron grilletes en cintura manos y pies”. Alexander trabajaba en Colombia con el metro de Medellín, labor por la que recibía un pago de unos 4 millones de pesos.

Otro relato lo entregó Carlos, un barranquillero que al igual que su connacional llegó sin “maleta, sin cordones en los zapatos”, y solo pudo traer sus documentos personales y celular, ya que comentó que les hicieron botar todas las pertenencias.

Comentó que su experiencia fue “horrible”, pues comentó que tanto él como su hijo de 17 años fueron “esposados” en los centros de detención y previo a tomar el vuelo a Colombia que fue devuelto por Gustavo Petro el pasado domingo 26 de enero.

Afirmó que les “daban comida dañada” y era tirada al piso por los guardias del centro en el que estaba recluido. Afirmó que “no se pudo bañar en 5 días” y que les “robaron toda la ropa”, ponderando que en el vuelo de la FAC no fueron traídos con grilletes ni esposas.

Alexander y Carlos concuerdan con que su “único delito fue entrar indebidamente” a Estados Unidos mediante la ayuda de los llamados ‘coyotes’ en México, por lo que pudieron observar que la gran mayoría de colombianos que viajaron en el vuelo que aterrizó esta mañana en Catam no tenía penas en suelo estadounidense ni eran sindicados de delitos en ese país, pues ni siquiera salieron de sus respectivos centros de detención fronterizo.

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