Tras cerca de 6 años de haberse suspendido la aspersión aérea de cultivos ilícitos con glifosato, dentro de los diálogos de paz entre el gobierno y las Farc, el mes pasado el presidente Iván Duque Márquez emitió el decreto para que esta actividad regrese a Colombia.

Desde diferentes sectores se ha dado a conocer el descontento por esta decisión, tanto que prohibir estas acciones se ha convertido en una de las peticiones del comité nacional de paro en el marco de las manifestaciones que iniciaron el 28 de abril.

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Asimismo, se conoció que desde el Congreso de la República radicaron una demanda ante el Consejo de Estado para tumbar el decreto presidencial. También, en Nariño la Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Pasto le ordenó al gobierno suspender el uso de glifosato en la fumigación de cultivos ilícitos.

Si bien en el Quindío no hay plantaciones al margen de la ley en las que se pueda dar este tipo de fumigación, por ser una región con una importante actividad agropecuaria, si es frecuente el uso de este químico para eliminar las malezas en los diferentes cultivos, zonas verdes de fincas, incluso en jardines en áreas urbanas.

La razón es que el glifosato, como lo señaló Johana Marcela Almanza, profesional universitaria del área de insumos agrícolas del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, seccional Quindío, tiene registro de venta ICA, por lo que es legal en todo el país y no tiene ningún tipo de restricción.

“Es un herbicida no selectivo y sistémico, lo que quiere decir que cuando entra en contacto con cualquier planta, la seca. Vulgarmente como lo dicen los agricultores es un matamaleza. Se utiliza en todos los cultivos para matar las hierbas no deseadas, pero también en jardines. Hay que aclarar que es un herbicida, no un insecticida ni fungicida, mata solo las hierbas”, dijo.

Señaló que el modo de uso está estipulado dentro de la etiqueta del productor. “El control que hacemos a todos los plaguicidas químicos que se usan en la agricultura, es que tengan su registro de venta ICA, por lo que realizamos un seguimiento en los almacenes para que no se comercialicen productos sin este registro”.

Efectividad vs. daño ambiental

Rolando Giraldo Franco, técnico profesional en gestión de recursos naturales, dijo: “Colombia es un país de mucha biodiversidad, de mucho potencial ambiental y fuentes hídricas, pero lastimosamente el gobierno ha visto la solución a los cultivos ilícitos en la fumigación con glifosato, un químico que en otros países está prohibido, mientras que en Colombia, que tiene tanto potencial natural se permite su uso”.

Agregó: “Por esa razón, uno se pregunta si se está pensando en erradicar un problema o en beneficiar a un gran negocio que está afectando la biodiversidad y a las personas. Realmente pareciera que hubiera otro tipo de interés”.

Señaló que es importante tener en cuenta que las fumigaciones, ya sea con herbicidas o insecticidas en los cultivos de productos alimenticios, no solo perjudican la biodiversidad, sino la salud de las personas, porque estas sustancias quedan en los alimentos y a largo plazo causan graves enfermedades.

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“Está comprobado que la fumigación con glifosato no resolverá el problema del narcotráfico, porque cuando hacen esa labor en un cultivo, ya están sembrando muchos más en otras zonas, y luego hacen lo mismo en el que fue fumigado, ya que el Estado no ejerce control en estas zonas para impedirlo. De otro lado sí se genera una gran afectación al medioambiente y a las personas de las zonas rurales, que al estar en contacto con este químico presentan efectos adversos en su salud”.

En el plano departamental aseguró que lastimosamente el uso de glifosato y derivados es común, ya que muchas personas, por minimizar costos y tiempo, ven como mejor opción hacer fumigaciones de malezas con estos químicos. “Aunque quema toda la maleza, es solo cuestión de unos días para que estas hierbas no deseadas comiencen a crecer de nuevo. No se elimina el problema, pero lo que sí queda es la afectación al suelo y los pequeños organismos que allí viven, sin contar que si alguna quebrada pasa cerca, el químico puede llegar al cauce por escorrentías y se contaminan las aguas”.

Dijo que el problema no es solo con el glifosato, sino con otros agroquímicos para el control de plagas. “En este momento, en el Quindío se ven muchos monocultivos de distintos productos alimenticios, lo que antes no se presentaba porque eran tierras principalmente cafeteras y es preocupante el uso de químicos y más que eso el mal manejo de los residuos, ya que personalmente he visto en ciertos lugares envases de estos productos tirados por cualquier parte, lo que es un riesgo para los niños de la misma finca o vereda o incluso de adultos que no tengan conocimiento, quienes podrían intoxicarse al tener contacto con estos recipientes. Además no es un secreto que los alimentos quedan contaminados con estas sustancias, que a largo tiempo resultan por generar enfermedades en la población”.

El papel de la CRQ

José Manuel Cortés Orozco, director general de la Corporación Autónoma Regional del Quindío, manifestó que en jurisdicción de la entidad no se daría la aspersión aérea con glifosato, pues el departamento no está catalogado como productor de cultivos ilícitos.

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“Como autoridad, en caso de que se diera esta situación, lo primero que haríamos es evaluar en qué tipo de aspersión se hará, las concentraciones del químico que se usarán y la metodología de fumigación. Segundo, evaluar los sectores y zonas donde se haría esa labor, porque hay que evaluar primero qué elementos ambientales hay, por ejemplo, un nacimiento de agua, un humedal, fuentes hídricas, corredores biológicos, entre otros. De esta manera, haciendo un cruce de variables entre todos esos aspectos, la CRQ entraría a revisar que tan factible es realizar la actividad”.

En cuanto a la aspersión en pequeña escala que se registra en el Quindío, aseguró: “Nosotros no regulamos ni restringimos el uso de agroquímicos, es competencia del ICA, nosotros entramos a actuar cuando ese tipo de fumigaciones estén afectando algún recurso natural, la aspersión a pequeña escala no la regulamos, actuamos, por ejemplo, si el agroquímico está contaminado los ríos o si está afectando la fauna del área circundante”.