Lo que inició como una jornada de aventura y alegría, terminó en un tremendo susto para un grupo de caminantes que disfrutaban del paisaje natural en el Cerro Pan de Azúcar, comuna 8 de Medellín, conocido precisamente por sus árboles, senderos y la vista que ofrece desde la cima.

Mateo Isaza, periodista que pasó por la redacción de El Colombiano y cofundador de El Armadillo, fue uno de esos caminantes que madrugó para llegar hasta el cerro y de subida no notaba nada extraño. Solo hasta que él y su grupo llegaron a la cumbre se llevaron una experiencia desagradable: cuatro sujetos los atracaron y se tornaron muy agresivos.

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“Fui con un grupo de amigos y con mi novia, éramos seis personas, pero allá nos unimos a otras y ya éramos cerca de 14, incluidas dos menores de entre 11 y 12 años. Arrancamos la caminata desde las 9:30 de la mañana y llegamos a las cima como a las 12:15 (…) nos quedamos un rato ahí tomando fotos, estaba haciendo una tarde muy bonita”, narró la víctima del asalto.

“En algún momento —añadió— había cuatro ‘pelaos’ y suponíamos que estaban caminando por ahí, nos rodearon cerca a la figura religiosa que hay en la cima del Pan de Azúcar, sacaron armas blancas y nos exigieron que entregáramos todo. Uno de mis amigos llevaba una cámara y también se la robaron. En cuestión de minuto y medio nos arrebataron los celulares y arrancaron manga abajo, no por el sendero”.

Ya con la frustración, la rabia y el susto, comenzaron el descenso y trataron de prevenir a todo el que se encontraban en su camino. Pero parece que esa situación se está convirtiendo en parte del paisaje, porque varios vendedores ambulantes que había en las cercanías les indicaron a los asaltados que desde hace tiempo hay robos en la zona, que cada semana hay una historia distinta de robos.

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Aún así, Mateo Isaza contó que durante la caminata nunca vieron un CAI ni a un policía custodiando el área. Mientras tanto, un santuario natural como este cerro se convierte sin querer en el cebo perfecto para que los amigos de lo ajeno hagan de las suyas.

“Quedamos aburridos, en ‘shock’, uno de los guías se quiso resistir y casi lo hirieron, pero por fortuna no hirieron a nadie. Es triste que un lugar como ese esté así de abandonado por la Policía, no sé si haya alguna investigación en curso para descartar que los atracos sean perpetrados por la misma banda, no sé”, exclamó Isaza.

Los asaltos en los cerros tutelares de Medellín son una preocupación ciudadana de vieja data. En su momento, el Cerro El Volador también fue escenario de atracos y las versiones populares incluso hablaban hasta de abusos. Por ahora, ni siquiera los venteros que deambulan por el Pan de Azúcar recomiendan internarse en el sendero.