La muerte de Sara Bonilla ocurrió en agosto de 2016 en el hotel Villas del Palmar, en Cancún, y cuatro años después su madre, María Claudia Bonilla, no cree en la versión de las autoridades según la cual la joven estudiante universitaria se habría suicidado saltando desde el octavo piso de la edificación.

La familia de la víctima acudió, en julio pasado, a la página de internet ‘México Vacation Awareness’ para contar la “historia de terror” que vivió su hija en la primera noche de vacaciones que pasaba en el hotel.

Lo que le parece sospechoso a la madre de Sara es que su hija quedó sola unos minutos en la recepción del resort mientras su novio, un joven de la misma edad y de nacionalidad venezolana, subió “a la habitación para arreglarse” ya que tenían planes para esa noche después de haber pasado todo el día en la piscina.

Pero algo ocurrió en ese lapso y la joven desapareció. La familia dice que el novio la buscó por todas partes en el hotel, la llamó a su celular y le mandó mensajes de texto, pero no encontró respuesta. Tampoco recibió ayuda de las personas del hotel porque “le dijeron que estaban muy ocupados”.

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Fue entonces cuando el novio de Sara buscó ayuda con las autoridades mexicanas, y la madre cree que fue en ese momento cuando “comenzó la historia de terror” de esta familia colombiana.

“La policía corrupta junto con el personal del hotel lo llevaron (al novio) y lo encerraron en una habitación. Durante este tiempo, esas horribles personas tenían a nuestra amada Sara retenida en otro lugar. Conociendo a nuestra hija, se opuso y fue entonces cuando sus captores criminales le partieron el cuello matándola, y luego arrojaron su cuerpo por un balcón”, denunció la familia en la página web.

Pero, ¿por qué mataron a Sara Ramírez si la policía en Cancún dijo que era un suicidio?

Claudia Bonilla considera que detrás de este caso habría una red de trata de personas que tendría complicidad con las autoridades, y así lo volvió a denunciar en entrevista con El Tiempo, pues dijo que, pese a tener “documentos de todo”, ningún ente judicial o de control en México le quiso brindar ayuda.

“Yo creo que a mi hija la iban a meter a una red de trata, es todo muy extraño […] No intentó matarse, era la niña más feliz del mundo; no sé de dónde sacan eso”, aseguró la madre a ese medio, y dijo que al novio de su hija “lo extorsionaron” pidiéndole 5.000 dólares para dejarlo salir de Cancún y no acusarlo por la muerte de la joven.

La madre también insiste en que su hija no estaba borracha ese día, pues el novio dijo que apenas tomó medio coctel, que ella no consumía pastillas ni medicamentos para la depresión y que lo que había en su maleta eran unos anticonceptivos.

Es así como la madre desmiente la versión que entregaron medios como Unión Cancún, en 2016, en donde se informaba, citando datos de la Policía, que la joven supuestamente “estaba ebria”, que habría saltado al vacío y que la encontraron en la zona verde “sin signos vitales… y con diversos golpes y fracturas en el cuerpo”.

Otra sospecha que le genera a Claudia Bonilla es por qué si su hija cayó de un octavo piso no había sangre en su cuerpo, ya que las heridas visibles “eran un tobillo roto y raspaduras en los codos”.

Madre de Sara Bonilla dice que policía en Cancún la extorsionó

Pero el drama para esta familia no terminó con la muerte de su hija, y según la denuncia que hicieron pública, en la página de internet, varios policías vestidos de civil les pidieron consignar un dinero para entregarles las cenizas de su hija, cuando lo que sus familiares pretendían eran sacar el cuerpo para practicarle una autopsia.

En ese país estábamos a merced de la corrupción de la policía, el personal del hotel, el forense y hasta la funeraria […] Después de ser extorsionados por las cenizas de nuestra hija, salimos de ese país lo antes posible vivos y con los restos de Sara”, se lee en el texto.

Finalmente, la familia de Sara Bonilla dice que decidió contar esta historia “para que muchos otros que planean vacaciones en México (no) corran un peligro extremo de perder la vida”.