El Fondo Visión Cero de la Organización Internacional del Trabajo, OIT, la Alianza de Mujeres en Café —capítulo Colombia—, el ministerio de Trabajo y la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia adelantan un trabajo que tiene como objetivo principal reducir accidentes y enfermedades laborales en mujeres cafeteras del Quindío y Risaralda.

Rodrigo Mogrovejo, asesor técnico principal del Fondo Visión Cero de la OIT, dijo que esta es una labor que se realiza en diferentes cadenas mundiales de suministro y en este caso están eligiendo, en América Latina, la cadena del café, adelantando diferentes acciones en Honduras, México y Colombia.

“En Quindío estamos desarrollando una actividad para transferir una metodología de la OIT que se llama mejoras en el trabajo para el desarrollo comunitario con un enfoque de género, que va dirigido a las extensionistas técnicas del capítulo colombiano de la Alianza de Mujeres en Café, para poder hacer una formación con pequeñas productoras del departamento y posiblemente más adelante abarcar otras regiones”, manifestó Mogrovejo.

La idea es transferir la metodología y a través de todo este proceso acopiar información tanto de las mujeres técnicas como de las productoras, para elaborar un estudio y desarrollar un perfil de las caficultoras sobre seguridad y salud en el trabajo.

“Es un documento que nunca se ha hecho en Colombia y que nosotros lo queremos hacer siguiendo el caso que realizamos en México, en donde hicimos un estudio perfil de la mujer productora del grano y definimos cuáles son los accidentes y enfermedades que generalmente tienen en este sector productivo”, aseveró.

Este documento puede ser tan potente que permitiría a las autoridades poder afinar sus políticas públicas en materia de seguridad y salud en el trabajo. “A veces se hacen estudios de hombres y mujeres sin entender las particularidades de las enfermedades, definir el perfil de las ciudadanas, los accidentes que con mayor frecuencia sufren ellas”.

Después del trabajo con las formadoras, la propia Alianza multiplicará la formación con otras ciudadanas que participan en la cadena del café.

El estudio realizado en México, les sirve para el trabajo en Colombia. “En principio partimos con esa evidencia, vemos diferentes trabajos que afectan a las mujeres más que a los hombres y queremos ver si esto se repite o no en Colombia. Por ejemplo, tenemos que es mayor el número de caídas de mujeres en terrenos con desniveles, hay diferentes afectaciones por agroquímicos, especialmente en las mujeres en embarazo; enfermedades concretas, problemas ergonómicos al estar agachadas cortando o piscando el café, sufren más dolencias al alzar bultos pesados pues no tienen la misma fuerza que los hombres, entre otros”.

Rodrigo Mogrovejo indicó que son factores que se están determinando con encuestas y estudios, pues aspectos que antes se suponían. “Lo que queremos es crear medidas preventivas para disminuir estas afectaciones, que a pesar de ser obvias ni siquiera se han identificado y mucho menos trabajado para contrarrestarlas”.

El trabajo se adelanta con mujeres porque, no solo en Colombia, sino en América Latina, el café cada vez tiene un rostro más femenino. “El género se ha involucrado en toda la cadena”.

Una oportunidad de empoderamiento

Sara Lucía Bedoya González, una joven del Quindío que hace parte de la quinta generación de una familia caficultora, participa en las jornadas de capacitación adelantadas por la Organización Internacional del Trabajo y aseguró que esta es una labor muy importante para empoderar a la mujer cafetera.

“La educación empodera y nos permite tener el conocimiento base y avanzado para hacer mejoras en el trabajo poder implementar acciones de prevención y cuidado. Es excelente que la OIT venga y capacite a las caficultoras”.

Bedoya González, quien se dedica a las actividades de comercialización internacional de café, dijo que en este gremio se evidencia el riesgo de violencia contra la mujer, riesgo de accidentes en el manejo de maquinarias, entre otros.