Escrito por:  Redacción Nación
Abr 24, 2025 - 4:11 pm

En octubre de 2024, salieron a la luz graves denuncias de abuso sexual contra el sacerdote jesuita Darío Chavarriaga, quien aprovechando la vulnerabilidad de los integrantes familia Llano Narváez (entonces menores), cometió abusos que durante décadas permanecieron ocultos. Ahora, la Compañía de Jesús en Colombia ha decidido llevar a cabo un acto de reconocimiento y perdón hacia las víctimas, con el objetivo de iniciar un proceso de reparación por los hechos.

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El acto de perdón público será dirigido por Hermann Rodríguez Osorio, actual superior provincial de los jesuitas en Colombia, de acuerdo con el periodista Daniel Coronell. Tendrá lugar en la Plazoleta del Colegio Mayor de San Bartolomé, este viernes 25 de abril, a las 3:00 de la tarde.

Esta ceremonia representa un reconocimiento del daño causado y hace parte de las exigencias sociales para que instituciones religiosas enfrenten de manera transparente los casos de abuso.

“Nunca pensamos que un acto de estos tan nobles pudiera ocurrir. Pasaron más de 50 años desde el momento de los hechos. Para nosotros es un acto dignificante y estamos gratamente sorprendidos por la actitud de la Compañía de Jesús”, señaló Luis Fernando Llano en W Radio, una de las víctimas del cura Chavarriaga.

Repercusiones del escándalo de abusos en la Compañía de Jesús

El expediente canónico sobre el caso, dado a conocer por el Informe Coronell, detalla los abusos sexuales cometidos por Darío Chavarriaga, quien entonces era director de estudios del Colegio Mayor de San Bartolomé en Bogotá. Este sacerdote abusó sexualmente de Luis Fernando Llano, estudiante del colegio, y de siete de sus hermanas, siendo la menor de solo seis años.

Los hechos ocurrieron tanto en las instalaciones educativas como en la propia vivienda de la familia, que se encontraba en una difícil situación económica.

Según documentos revelados, Chavarriaga admitió, un día después de la denuncia, haber cometido los abusos ante Francisco de Roux, quien en ese momento era el superior provincial de los jesuitas en Colombia. Sin embargo, la reacción institucional se limitó a separar a Chavarriaga de sus cargos y trasladarlo a una casa de atención a adultos mayores, sin que los hechos fueran reportados a las autoridades.

En este contexto, la Fiscalía abrió indagación preliminar contra el padre Francisco de Roux y dos sacerdotes más por presunto encubrimiento y omisión de denuncia, posible favorecimiento del delito. Los informes muestran que la Compañía de Jesús priorizó evitar el escándalo público sobre la atención y reparación de las víctimas.

El padre De Roux es una figura pública reconocida en Colombia por su liderazgo en la Comisión de la Verdad y su trabajo por la paz, pero hasta ahora se cuestiona su gestión interna ante la denuncia de los abusos. Los denunciantes afirman que, más allá de las decisiones conforme al derecho canónico, no hubo un reporte inmediato a las autoridades civiles.

El caso ganó relevancia después de mencionarse en un panel académico internacional en la Universidad Javeriana de Bogotá, donde participaron expertos como el jesuita alemán Hans Zollner, asesor del papa Francisco, en temas de prevención de abusos dentro de la Iglesia Católica. El evento subrayó la importancia de enfrentar y hablar abiertamente sobre estos crímenes.

La decisión de convocar este acto público marca un paso significativo hacia la reparación de las víctimas y el cuestionamiento a prácticas históricas de silencio e impunidad al interior de la Iglesia en Colombia y el mundo.

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