El primer calificativo fue vertido la semana pasada por el exrector de la Universidad Nacional Moisés Wasserman.

“En el primer módulo del diplomado ‘Homeopatía y terapias alternativas en el ámbito farmacéutico’, que ofrece la Universidad Nacional por $2’900.000, se estudia al ser humano desde ‘la física newtoniana y la física cuántica'”, dice El Espectador citando el programa académico.

“Luego se revisan conceptos de electricidad, magnetismo para pasar de ahí a diversas manifestaciones “energéticas y vibracionales de los organismos”. A lo largo del curso se mezcla la medicina china con plantas medicinales y esencias florales. Los matriculados también reciben una introducción a las doshas (vata, pitta y kapha) y su relación con los pulsos”, agrega.

El Departamento de Farmacia de la Universidad Nacional defiende el diplomado sobre la base de que no se trata de un “programa académico formal” y que cumple con una normatividad del Invima, señaló a ese medio la directora del departamento, Gabriela Delgado.

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Sobre si la homeopatía es o no una ciencia que supera el “efecto placebo”, la profesora Claudia Vacca –adscrita a la U. Nacional– afirmó al periódico que existe “mucha evidencia científica” que sugiere que este tipo de tratamientos alternativos ayudan en la autocuración.

Esa afirmación se aleja de lo dicho por el médico británico Edzard Ernst quien aseguró en 2015 que “la promoción de la homeopatía no es ética” por cuanto es falsa la afirmación de que cura enfermedades como el cáncer, el asma, o el ébola, señaló El Espectador.

Ese es el sentido del debate que defiende el exrector de la Universidad Nacional Moisés Wasserman,  uno de los mayores críticos sobre el diplomado, quien afirmó a ese medio que “con la homeopatía hay gran cantidad de trabajos serios que muestran que no tiene efectos superiores a un placebo. En esas circunstancias, darle un aval al negocio es en cierta forma participar de una estafa”.

Hay que aclarar que Wasserman es biólogo de la Universidad Nacional con un doctorado en bioquímica de la Universidad Hebrea de Jerusalén y un posdoctorado de la Universidad de Nueva York.

Si el debate se inclina por excluir a la homeopatía como una materia académica, la Universidad Nacional podría seguir el camino que ya emprendieron las universidades de Barcelona, Valencia y Córdoba (España) que cerraron sus programas sobre tratamientos homeopáticos alternativos por falta de fundamentos científicos.