En su país, escribe Novaresio en Infobae, se vieron “cientos y cientos de argentinos haciendo cola para entrar a Villa Gesell o Pinamar [balnearios cerca a Buenos Aires] para ‘disfrutar’ el fin de semana largo en medio de la cuarentena por la pandemia de coronavirus”.

Es a ellos, casi iguales a los que abarrotaron las salidas de Bogotá a tan solo minutos de que comenzara a regir una medida clave para contener la pandemia, a los que el columnista se dirige sin atenuantes: “No son necios. No alcanza. Son hijos de puta”.

Autopista Sur de Bogotá antes de simulacro de cuarentena

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“El necio es terco, porfiado, no sabe y se resiste a saber lo que debería saber. (…) No comprendió del todo por falta de información. No pudo ver lo que no se mostró del todo. No sé. Algo ajeno le impidió tomar nota”, agrega.

“Es un consumado hijo de puta”, prosigue. “La vacuna prescribe: quédate en casa. Todos lo sabemos. Todos conocemos que es lo único y vital que podemos hacer. ¿Y te vas?”, protesta el columnista, con un tono que casi permite escuchar su reclamo airado.

“Subirse al auto hoy, hacerlo hoy, para una escapada de fin de semana en medio del pico de contagio es propio de un mal nacido”, sostiene Novaresio

“No son tiempos para libre pensadores. Hay que hacer lo que las autoridades dicen que hay que hacer”, enfatiza, y pide que por una vez se apele al sentido común y se evite introducir suspicacias en un tema tan delicado: “El saludable acto de la duda cede hoy ante el palpable dolor de las muertes producidas y las que se pueden producir”, escribe.

“La vida es un eterno elegir entre dos cosas. Mi derecho a moverme por las calles colapsa ante el derecho mío y de todos de seguir viviendo”, concluye.