“Ningún voto por Duque sobra”: María Isabel Rueda

María Isabel Rueda decide criticar al presidente Juan Manuel Santos en su columna de este domingo en El Tiempo, con el fin de demostrar por qué votar por Iván Duque es elegir por un modelo de gobierno que podría restaurar el orden que se perdió por el afán del proceso de paz.

A Rueda no le gusta la manera en que se pactó la paz y mucho menos la estrategia del Gobierno para buscan u consenso con el Eln.

El Eln no ha querido comprometerse a dejar de secuestrar, reclutar, narcotraficar o matar” y todavía así, dice ella, el gobierno del presidente Santos se empeña en que esa organización, así como las Farc, pacte una paz con un costo que raya en la impunidad y el desosiego.

La columna tiene un propósito: buscar votos a favor de Duque.

Si Duque gana, que mate la “mermelada”

Mauricio Vargas, que ya aclaró que respalda a Iván Duque para la segunda vuelta presidencial de este domingo, lanza una cándida e ingenua propuesta en su columna de El Tiempo: que de una buena vez se acaben con los cupos indicativos, que fueron ideados en el gobierno Pastrana, pero aprovechados políticamente por los gobiernos de Uribe y Santos.

“La ‘mermelada’ no es el mismo clientelismo de antes: es muchísimo más grave, es una operación mafiosa”, señala Vargas antes de formular una posible solución:

“Que esas partidas del presupuesto las discuta el Gobierno con alcaldes y gobernadores, y con las comunidades, y que los congresistas opinen –sin apadrinar– para que, por medio de licitaciones abiertas y no de adjudicaciones amarradas, sea escogido el contratista”, subraya Vargas en el periódico.

La lucha contra la corrupción es un deseo transversal a Duque o Petro

El editorial de El Tiempo destaca que la jornada de este domingo debe  confirmar que el país cuenta con una democracia que “cada vez se hace más robusta y vigorosa”, pero especialmente que, sin importar quien gane en la segunda vuelta electoral, existe el deseo de “acabar con la política mediada por el clientelismo y la tristemente célebre ‘mermelada’”.

“Quien resulte vencedor hoy debe ser plenamente consciente de esta nueva realidad. Sea Iván Duque o Gustavo Petro, tiene la responsabilidad de leer, interpretar y dar adecuado trámite a los nuevos anhelos de los colombianos. El de la transparencia en lo público encabeza una lista en la cual también figura el tender puentes entre los extremos que hoy alimentan la polarización”, destaca El Tiempo.

Sea Petro o Duque, elección del nuevo presidente no puede significar catástrofe

La posición editorial de El Espectador es conciliadora a escasas horas de que Colombia decida quién manejará los hilos del país en el próximo cuatrienio. Repasa lo que han sido las campañas, incluidos el lenguaje y la intencionalidad de ver al otro como un “enemigo”, y por eso hace un llamado a “convivir a pesar de nuestras diferencias”.

“La conclusión es que sí hay maneras de hablar, de acercarnos. No se trata de apelar a consensos artificiales, pero sí a compromisos donde las partes cedan y comprendan que el país va primero, que el futuro de Colombia debe incluir a todos los sectores de la sociedad, que no podemos seguir fomentando una política que excluya”, subraya el editorial de El Espectador.

“Confío en Duque, pero desconfió de su entorno”: Felipe Zuleta

El columnista de El Espectador dice que el candidato Iván Duque es un hombre decente al que no ve “reuniéndose con mafiosos en palacio, ni defendiendo a delincuentes. No veo a Duque casando las peleas de Uribe, Londoño Hoyos o José Obdulio Gaviria”.

Básicamente, Zuleta considera que Duque es un hombre que no se va a meter en conflictos tan fácilmente, como podría pensarse que lo haría su mentor, el senador Álvaro Uribe, y por eso se ha distanciado de las confrontaciones políticas.

“Duque ha sabido mantenerse al margen de esa polarización y más bien ha llamado a la conciliación, a dejar los odios, a buscar propósitos comunes, a no usar el espejo retrovisor, a no perseguir a los opositores. ¡Y yo le creo! Le creo porque lo conozco y conocí a su padre. El pasado familiar de Duque es impecable y su vida lo ha sido también. No veo a Duque siendo el títere de Uribe, ni chuzando teléfonos, ni espiando a las cortes, ni llamando sicarios a sus detractores como lo hace y hacía Uribe”, sostiene Zuleta.