Para Mauricio Vargas, columnista de El Tiempo, son tres los aspirantes: Germán Vargas, Humberto de la Calle y Juan Carlos Pinzón, quienes representan, en su orden, a Cambio Radical, al liberalismo y a ‘la U’.

Vargas dice que es difícil que alguien quiera ser el candidato del primer mandatario que tiene solo un 12 por ciento de opiniones favorables.

De la Calle, analiza el periodista, ha querido presentarse como candidato de una gran coalición defensora de los acuerdos de La Habana, pero esos acuerdos llevan el sello del presidente Santos.

Por su parte, continúa el columnista, Germán Vargas fue más crítico del Gobierno cuando estaba adentro pero: “Habrá que ver con qué tono vuelve a la arena cuando culmine su cuarentena verbal”.

Y Pinzón, el que más tiempo lleva con Santos, deberá ser más firme a la hora de marcar distancias con el Presidente.

El artículo continúa abajo

El Esmad se ha convertido en un instrumento de represión

Para Alfredo Molano, columnista de El Espectador, la violencia del Esmad ha ido creciendo a medida que la paz se abre camino.

Escribe que a largo plazo las Fuerzas Armadas deberán regresar a sus cuarteles y el martillo pasará a ser manejado por la Policía y el mazo de esa herramienta será el Esmad, al que pasará gran parte de la plata que se usa hoy para combatir a la guerrilla. Y finaliza:

“Los conflictos sociales no sólo no se acabarán con los acuerdos con las guerrillas, sino que se agravarán puesto que se manifestarán más abiertamente. La gente apelará cada vez más a expresar su oposición, y el Gobierno a reprimirla”.

El conejo del Centro Democrático

Ahora los congresistas del Centro Democrático portan orgullosos en la solapa de sus vestidos la imagen de un conejo blanco, Mauricio Cabrera se pregunta en su columna de El Universal ¿qué quieren demostrar?

Él asegura que:

“El que desearían poner es el conejo a la paz. Los directivos del CD han dicho que si se toman el poder su objetivo es “hacer trizas” el Acuerdo de Paz con las Farc, y mientras lo logran, tratan de poner trabas y zancadillas a la implementación del Acuerdo”.

Por último, afirma que el conejo del pasado es el que el expresidente le puso a los trabajadores hace 15 años con la reforma laboral que recortó las horas extras y el recargo nocturno y de dominicales , con lo cual no solo se asaltó el bolsillo de los trabajadores, sino que se le hizo conejo, pues la misma Ley ordenaba que si en dos años no había los nuevos empleos, el Gobierno derogaría esas disposiciones. Nunca lo hizo, concluye.

El proceso de paz con las Farc es una farsa que supera la ficción

La guerrilla se apresta a hacer política con las armas que no van a entregar y que tienen “encaletadas”, asegura Abelardo de La Espriella en su columna de El Heraldo.

“No aparecen los misiles tierra-aire que hacen parte del arsenal de los ‘querubines’ de las Farc, que, a juicio del gobierno de los Estados Unidos, fueron adquiridos con dinero proveniente del narcotráfico”.

El hecho de que esté la ONU de por medio no es sinónimo de garantía, para el abogado esta es una organización burocrática y paquidérmica que hace años, en materia de conflictos armados, no sirve para un carajo.

Al columnista también le genera desconfianza el hecho de que Santos y los jefes guerrilleros no aparezcan en la foto de la entrega de armas.

Los corruptos le prenden velas al diablo

El descubrimiento de que Gabriel García Morales, viceministro de Transporte de la presidencia de Álvaro Uribe, recibió sobornos calculados en 20.000 millones de pesos por direccionar en favor de Odebrecht la adjudicación de la Ruta del Sol en el tramo que pasa por Santander no lo hizo ni la Fiscalía ni la Procuraduría, lo hizo la Justicia en Brasil, recuerda Leonidas Gómez en su columna de Vanguardia Liberal.

Gómez agrega que García comió callado hasta que lo pillaron y no tuvo otra opción que reconocer el delito con una carta conmovedora, sin embargo:

“Es probable que su lamento sea una estrategia bien planificada para convertirlo en el chivo expiatorio que encubra la responsabilidad de peces más gordos a cambio de rebajar días de cárcel”.

Por eso el columnista asegura que los corruptos lloran lágrimas de cocodrilo.