Sin embargo, parece temer que muchos de los excombatientes se dejen convencer de volver al monte para unirse a lo que algunos han considerado una nueva guerrilla y otros una banda criminal dedicada al narcotráfico liderada por ‘Márquez’ y ‘Santrich’.

Por eso, escribió una carta abierta a los exguerrilleros que adelantan sus procesos de reincorporación a la vida civil para que no atiendan ese llamado ni los “sigan en su errática decisión de volver a la guerra”.

Para Rodrigo Londoño, nombre de ‘Timochenko’, los exjefes guerrilleros solo están “pintándoles pajaritos de oro” e intentando justificarlo en las dificultades que ha tenido la implementación del Acuerdo Final.

Londoño dijo estar en el bando de los “revolucionarios” que van a luchar por la paz y considera que los disidentes de la paz no saben lo que hacen y que quienes vuelvan a esa vida pueden encontrar la muerte mientras los cabecillas los envían a la guerra protegidos en el lado venezolano de la frontera:

“Los que dicen haber retomado las armas piensan que el pueblo va a alzarse con ellos en una insurrección, no se dan cuenta que lo que no logramos las Farc en más de medio siglo, mucho menos lo va a conseguir un pequeño número de gente confundida. Hoy por hoy, el alzamiento armado carece de futuro; terminará condenando a más sufrimiento a nuestro pueblo, y seguramente, conduciendo a grandes desgracias a las muchachas y muchachos que se metan en él. Sabemos que los que se llaman hoy jefes no van a hacer la guerra, que se quedarán del otro lado de la frontera. Serán sus tropas las que lleven las peores consecuencias”.

Regreso de las Farc

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‘Timochenko’ también culpa a la “extrema derecha” de haber provocado esta crisis en el proceso de paz e insiste en que no crean esas promesas porque van a lograr que sus enemigos justifiquen las muertes de los ya desmovilizados:

“Quiero que los que puedan sentirse tentados por los cantos de sirena de los desertores de la paz, piensen, mediten, analicen muy bien la realidad antes de decidirse a seguir semejante equivocación. Pueden convertir al resto del partido en blanco de la ultraderecha, que siempre va a alegar que jugamos doble carta, y que tendrá así pretexto fácil para matarnos y lavarse las manos culpando a los desertores”.

Y añade:

“En su irresponsabilidad, esos excompañeros creen que esto es un juego, cuando se trata de un asunto muy serio, que envuelve los intereses de todas y todos los colombianos. Si algo nos demostraron los 53 años de confrontación, fue precisamente que la gente en nuestro país anhela la paz, detesta la guerra, no quiere más muertes, violencias ni persecuciones”.