Desde hace al menos 10 años se registran situaciones similares en las playas y calles de Necoclí a la espera de tomar una lancha que les permita llegar a Panamá y comenzar su tránsito por Centroamérica, en un intento por llegar a Estados Unidos, buscando el sueño americano.

En las últimas dos semanas han ido llegando más y más ciudadanos desde África, Asia y las islas caribeñas de Cuba y Haití, que se convierten en víctimas de tráfico de personas al caer en las manos de los llamados ‘coyotes’, que les cobran altas sumas de dinero para cruzar la selva, travesía en la que muchos mueren.

Los migrantes piden que les permitan comprar un tiquete hacia Capurganá, en la frontera con Panamá, pero las autoridades están impidiendo el paso porque consideran que sería una irresponsabilidad facilitar el paso de migrantes irregulares.

Estas son algunas de las imágenes que se han conocido de la emergencia por la que se sobrepasó en 40 % la cantidad de habitantes del municipio:

La sobrepoblación tiene en calamidad al municipio y está generando una grave crisis sanitaria pues estas personas pasan sus noches en la calle, lo que significa que deben alimentarse y hacer sus necesidades en las vías públicas y la playa.

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Estas personas insisten en que solo están en Colombia de paso buscando un mejor futuro para su familia:

Por la situación, la Defensoría del Pueblo solicitó este martes a las autoridades que pongan en marcha con celeridad un plan de contingencia garantizando el retorno seguro y la protección de los derechos humanos de esta población, que busca un tránsito por la ruta del tapón del Darién.

A la fecha, también se reporta el represamiento y retraso de la salida de lanchas desde Necoclí debido a factores climáticos.

Declaran calamidad pública

Desde la semana pasada, el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón, alertó sobre la situación, que se agrava porque son personas aglomeradas sin medidas de bioseguridad, incrementando el riesgo de contagios por COVID-19.

Este fenómeno no es nuevo en Colombia y hay años con picos de hasta 35.000 migrantes irregulares.

Hasta 2016, la mayoría de quienes pasaban de Colombia a Panamá eran de Asia o África, pero entre ese año y 2020 aumentó el número de cubanos y disminuyó el de asiáticos. Desde 2018 predominan los haitianos, que viajan en familias completas.