Los protestantes reclamaron este miércoles su derecho a la “libertad” con una extensa caravana de vehículos, haciendo sonar sus bocinas y adornados con banderas de EE. UU. y de la campaña electoral de Trump.

Cuando llegaron al Capitolio de Lansing, la capital del estado, como parte de la que denominaron “Operación atasco”, se vio a varios hombres armados hasta los dientes y gritando frases contra la gobernadora demócrata Whitmer.

La manifestación logró, en efecto, colapsar los alrededores de la sede del Legislativo y del Ejecutivo local, ya que congregó a conductores que viajaron desde las zonas más conservadoras del estado para expresar su descontento con las medidas de aislamiento.

“Reabran Michigan ahora”, “Ponme en libertad”, “La libertad es esencial” eran otros de los mensajes que se leían en las pancartas de los manifestantes, a los que se sumó un grupo apostado a la entrada del Capitolio, en cuyos jardines se desplegó un aviso con la leyenda: “Seguridad sin libertad se llama prisión”.

Pocos de los asistentes, que vestían gruesas chaquetas, gorros y guantes por el frío, usaban las mascarillas recomendadas para evitar la propagación del coronavirus, mientras que las medidas de distanciamiento social dieron pasos a gritos y saludos entre los conductores.

Estaba previsto que la movilización se iniciara hacia el mediodía, pero numerosos automóviles, principalmente camionetas, empezaron a reunirse en la zona desde temprano para expresar su descontento.

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Por la protesta desfiló la carroza “Puente de la Unidad Trump”, propiedad de un ciudadano de Míchigan, que desde la investidura del presidente en 2016 suele acudir a eventos “trumpistas” y que para esta ocasión difundió avisos en los que invitaba a otros conductores a hacer sonar las bocinas y aprobaba la construcción del muro en la frontera con México.

En su convocatoria de la protesta, la Coalición Conservadora de Míchigan señaló en su página web que la gobernadora y sus aliados están “infectando A TODOS con su agenda radical y progresista”.

No hay un plan congruente y público para promover nuestra salud física y económica en general”, reza el mensaje, en el que aseguran que la gente siempre dice que los conservadores “nunca protestan porque están demasiado ocupados trabajando: Bueno, ¿adivina qué? No estás trabajando, así que es hora de PROTESTAR”.

También se crearon grupos en Facebook, entre ellos “Michiguenses contra la cuarentena excesiva”, para protestar contra el confinamiento e incluso pedir la renuncia de la gobernadora.

Entre las medidas que más han irritado a los habitantes de ese estado colindante con Canadá destacan la prohibición de trasladarse a residencias vacacionales, de usar embarcaciones a motor y el cierre de áreas consideradas no esenciales en las grandes tiendas, como las dedicadas a muebles, jardinería o pintura.

También se establece que los comercios, grandes o pequeños, limiten la cantidad de personas en su interior y que quienes violen las disposiciones pueden enfrentar multas o un cargo menor.

La gobernadora decretó, bajo el lema “Mantente seguro, quédate en casa”, medidas de distanciamiento social el 23 de marzo y estaban vigentes hasta el pasado jueves, aunque decidió extenderlas hasta el 30 abril y endurecerlas.

En declaraciones a medios locales, Whitmer dijo este miércoles que Míchigan está en el tercer puesto en cuanto a casos confirmados de COVID-19 en Estados Unidos, pese a que no es el tercer estado más grande del país.

“Eso te dice que tenemos una crisis única en nuestra manos y que exige una solución única”, defendió.

Según cifras del Gobierno de Michigan, ese estado contabiliza 28.059 casos de coronavirus, con 1.921 muertes.

La Universidad Johns Kopkins ha documentado que en Estados Unidos hay 613.187 contagiados con el coronavirus, que se ha cobrado la vida de 27.085 personas, lo que coloca al país al frente de las estadísticas mundiales de casos y fallecidos por la pandemia.