La presentadora del Canal MSNBC debía leer un cable de la agencia de noticias AP en donde se confirmaba que debido a la política de “tolerancia cero” que adoptó el gobierno del presidente Donald Trump, para perseguir a inmigrantes indocumentados, los niños eran apartados de sus familias en la frontera entre México y Estados Unidos, y enviados luego por patrulleros fronterizos a espacios enrejados que parecen jaulas.

No obstante, Rachel Maddow apenas fue capaz de leer el encabezado de la noticia, ya que se atragantó por el llanto y pidió que dejaran de grabarla.

“Esto es increíble”, expresó visiblemente afectada la periodista.

“Funcionarios del gobierno del presidente Trump han enviado bebés y a otros chicos a por lo menos tres…”, dijo Maddow con la voz entrecortada y una sonrisa incómoda, que no le permitieron continuar.

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La periodista le pidió a la producción que pusiera un gráfico mientras tomaba un respiro, pero al no obtener respuesta intentó retomar la información.

“[…] A tres albergues especializados del sur de Texas. Abogados y médicos…”, dijo la presentadora antes de despedirse abruptamente de la audiencia.

Horas después, Maddow acudió a sus redes sociales para ofrecer disculpas a la audiencia y al canal por no cumplir con su labor, y copió el link de la noticia que le causó tanto dolor.

Pero la presentadora se encontró con mensajes alentadores de sus seguidores que la apoyaron por el gesto, pues el dolor que ella reflejó es el mismo que en este momento viven miles de familias a las que les quitaron sus hijos.

Una pediatra que visitó varios centros de atención temporal en Texas, contó a la agencia AFP que estos espacios están cercados y parecen jaulas, y que es triste ver cómo los pequeños “lloran y gritan llamando a sus mamás”, que también están encerradas en jaulas.

“Desde afuera, podíamos escuchar las voces de niños que parecían estar jugando o riendo, pero cuando nos abrieron la puerta, vimos cómo 20 o 30 niños de cerca de 10 años, encerrados en uno de estos recintos de valla metálica, estaban llorando, gritando y llamando a sus mamás”, detalló la pediatra Marsha Griffin.