El edificio de tres pisos quedó totalmente colapsado, varias de las casas y oficinas contiguas se vieron afectadas y tienen las ventanas rotas, y los vehículos estacionados en la misma acera han sufrido daños a consecuencia del derrumbe.

Dos de los heridos fueron tratados en el lugar del siniestro, mientras que el resto, que estuvieron casi una hora debajo de los escombros, fueron localizados por perros especializados y después rescatados por los bomberos y trasladados a un hospital de la ciudad.

Una joven española residente a pocos metros del lugar confirmó que oyó una fuerte explosión, minutos después de la cual camiones de bomberos y una decena de ambulancias se acercaron hasta el barrio Laakkwartier, donde residen muchas familias extranjeras.

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La alcaldesa de La Haya, Pauline Krikke, explicó que “todavía hay muchas cosas que no están claras” sobre lo ocurrido y aseguró que “el impacto del accidente es enorme”.

Equipos especializados buscan en el interior de las casas de los alrededores posibles víctimas y daños, y se han desalojado varios edificios por temores a futuros derrumbes.