Muchos de los asistentes portaban camisetas de fútbol con los colores de la selección cafetera, o iban envueltos en la bandera de Colombia.

Desfilaron por la Gran Vía, la gran arteria madrileña, en un ambiente festivo pero resuelto, entonando lemas y cánticos, acompañados de percusiones.

“Democracia/Paz Justa” o “Asesinatos, Represión, Más impuestos, Menos sanidad en Colombia, SOS!” eran algunas de las pancartas exhibidas. Un manifestante que iba en cabeza de la marcha se había cosido los labios.

“Nuestras reivindicaciones son claras, pero sobre todo es un SOS al presidente Pedro Sánchez, a las Comisiones de Derechos Humanos y entidades gubernamentales a que giren sus ojos hacia Colombia, porque no vamos a parar”, afirmó la periodista colombiana Natalia Peña, miembro de la coordinadora que organizó la marcha.

“Hemos venido a apoyar nuestro pueblo porque el gobierno los está matando. Queremos un país seguro, queremos una nueva Colombia con nuevos dirigentes”, declararon Sara, de 30 años, y Enrique, de 46 años, que no quisieron dar su apellido por temor a represalias.

Inicialmente, las protestas en Colombia eran contra de la reforma tributaria, pero pronto tomaron un giro masivo y violento contra el gobierno y la crisis provocada por la pandemia, como en otros países de la región.

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Esta manifestación se suma a otras jornadas de protesta que la comunidad de colombianos en España lleva realizando desde el inicio del paro nacional y que sobrepasaron los miles de asistentes en algunas de sus convocatorias anteriores.

En esta ocasión, esperaban superar la afluencia de las en torno a 5 mil personas que se reunieron el sábado pasado también en Madrid para protestar contra la represión del gobierno de Iván Duque.

El balance desde que se inició el movimiento popular, el 28 de abril, es de al menos 42 muertos y unos 1.500 heridos, entre civiles y policías.

“Queremos que haya más intervención social. Con la reforma tributaria, la clase media era la más afectada”, señaló Claudia Victoria, de 33 años, oriunda de Cali.

“Para un verdadero cambio, debería haber un cambio de presidente”, opinó Ricardo Morera, de 60 años, también de Cali.

Por su parte, Paula Valentina, una estudiante de 20 años, denunció: “Estamos aquí pidiendo dignidad. Es dignidad, es salud, es educación, no estamos pidiendo que nos regalen nada”. Sin embargo,  “la única respuesta que hemos tenido por su parte es opresión, violencia y agresiones”, agregó.