El fatídico hecho se registró en Leeds, Inglaterra, tras conocerse que un niño de cinco años perdiera la vida por tragarse una chincheta y causarse un fuerte daño cerebral.

“Ni siquiera puedo explicar cómo me siento. Estoy rota más allá de las palabras. No se siente real. No quiero que se sienta real. Lo mantuvieron con soporte vital hasta que estuvimos listos para despedirnos”, expresó la madre del pequeña para un medio local.

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El menor Kyle Lewis falleció el 28 de octubre, después de que por días estuviera en el Hospital General de Rotherham, donde murió cuatro veces, debido a infartos, sin embargo, los médicos trabajaron arduamente para reanimarlo en repetidas ocasiones.

No obstante, el diagnóstico del menor no era alentador después de que los especializaron descubrieran que entre el 90 y 95 por ciento del cerebro habría sufrido un daño.

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Tras sufrir varias convulsiones, el pequeño perdió la vida en los brazos de su madre.

A raíz de la muerte del niño, la familia construyó un monumento en honor de la memoria de él. En este homenaje está una pancarta que les entregó en el hospital antes de fallecer.

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Así mismo, la madre le agradece a la vida y a los médicos del hospital por haberle permitido pasar los últimos momentos de su hijo a su lado y entre sus brazos.