Una empresa agrícola vende su leche a la empresa de lácteos ‘Milkavita’ cuyo 90 % del queso producido se exporta cada mes a Moscú, Vorónezh y San Petersburgo (ciudades rusas), el resto queda para el consumo local, informo DW.

El análisis de la leche que mandó a hacer un periodista en un centro de higiene de la capital bielorrusa reveló que el límite de estroncio-90 sobrepasa 10 veces lo permitido, señala el portal alemán.

Según un experto consultado por este medio, el estroncio-90 tiene una vida media de 30 años y penetra en hojas y hierbas que come el ganado. En el cuerpo se acumula principalmente en los huesos.

El experto fue enfático en negar que se puedan producir alimentos en suelos contaminados por la radioactividad para el consumo humano.

Mientras tanto, las autoridades bielorrusas no niegan el hecho de que en esta región se están utilizando nuevamente las tierras para la agricultura, las cuales después de la catástrofe de Chernobyl habían sido clasificadas como no aptas, recuerda el informe.

La empresa asegura que sus materias primas y sus productos finales están sujetos a un control pertinente para detectar la radiación. Y resalta que hasta el momento no existe ninguna queja de las autoridades rusas.

Curiosamente el mismo centro que había revelado la presencia de elementos radioactivos en el lácteo. Después declaró el informe como inexacto.

Vale recordar que la tragedia de Chernobyl se produjo hace 30 años y aunque se produjo en Ucrania, afectó especialmente a la vecina Bielorrusia.