
Luego de que se conociera que las políticas arancelarias de Estados Unidos impulsan a un negocio en Colombia, el gobierno de Donald Trump ha tomado una medida drástica con respecto a la Universidad de Harvard.
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Se trata de la decisión de congelar un total de 2.200 millones de dólares en ayudas económicas. Esta acción ocurre después de que la universidad se negara a cumplir con ciertas exigencias solicitadas por la Casa Blanca.
La controversia se centra en la acusación por parte del gobierno de permitir prácticas consideradas antisemitas dentro de sus instalaciones. El anuncio fue dado este lunes 14 de abril por el Departamento de Educación de Estados Unidos, según recogió AFP.
“El Grupo de Trabajo Conjunto para Combatir el Antisemitismo anunció la congelación de 2.200 millones de dólares en subvenciones durante varios años”, aseguró la entidad, según la mencionada agencia.
Esto representa un duro golpe para las finanzas del centro educativo porque las ayudas gubernamentales representan el 11% de los ingresos de Harvard, con un presupuesto anual de 6.400 millones de dólares, de acuerdo con información divulgada por esa institución privada ubicada cerca de Boston, en el noreste de la nación.
Posición de Harvard sobre pedido de Donald Trump
Esto puede terminar en una tensión entre la administración Trump, quien se posesionó el 20 de enero de 2025, y una de las instituciones educativas más prestigiosas del mundo luego de que en la mañana Harvard emitiera una comunicación donde habría desafiado las pretensiones del gobierno.
Según el comunicado del departamento, los recientes problemas de discriminación y las acusaciones de acoso a estudiantes judíos han provocado una “interrupción del aprendizaje”, calificada por el gobierno como inaceptable.
Harvard, por su parte, ha respondido firmemente a través de una carta al gobierno, enfatizando su compromiso con la independencia y con los derechos constitucionales que amparan su operación libre de injerencias externas.
“Ningún gobierno, independientemente de qué partido esté en el poder, debe dictar a las universidades privadas lo que pueden enseñar, a quién pueden reclutar y contratar, o qué temas pueden investigar”, se lee en la misiva.
La universidad argumenta que las demandas del gobierno federal sobrepasan los límites de su autoridad legal y que no puede permitir que se vulneren sus principios básicos de autonomía y libertad de cátedra.
¿Qué dicen otras universidades por medida de Donald Trump?
A principios de marzo, la administración de Trump había planteado una serie de demandas específicas, como el cese de los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), y cambios en otros programas educativos acusados de fomentar un ambiente de acoso hacia la comunidad judía.
Harvard ha sido la primera universidad en tomar una postura de rechazo frente a estas exigencias, poniendo en juego importantes sumas de dinero provenientes de subvenciones federales.
La gestión de la universidad ha indicado que ha tomado una serie de medidas para combatir cualquier forma de antisemitismo en sus campus, contrastando con la descripción que del problema ha hecho la administración Trump. En palabras de sus abogados, Harvard se encuentra actualmente en una “situación muy diferente” en comparación con el año pasado, gracias a las políticas implementadas para promover la inclusión y el respeto entre su estudiantado.



Frente a esto, la presidencia de Estados Unidos fue contundente al indicar: “La declaración de Harvard de hoy refuerza la preocupante mentalidad que es endémica en las universidades y facultades más prestigiosas de nuestra nación: que la inversión federal no viene con la responsabilidad de defender las leyes de derechos civiles”.
El fondo del conflicto respecto al cumplimiento de las exigencias de la Casa Blanca y la defensa de la independencia educativa podría definir un precedente importante en la relación entre el gobierno federal y las instituciones de educación superior en Estados Unidos.
La primera enmienda de la Constitución estadounidense, que garantiza las libertades fundamentales, incluyendo la de expresión, juega un papel central en este debate.
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