De acuerdo con el diario The Telegraph, Boyle fue diagnosticada a finales de 2016 cáncer de mama triple negativo y fue hasta julio de 2017, cuando Boyle tenía ya 28 años, que los médicos le dijeron que nunca tuvo esa enfermedad y que se habían equivocado.

Durante casi 7 meses, la británica se sometió a potentes quimioterapias e incluso fue operada de una mastectomía bilateral, practicada en el Hospital Universitario Royal Stoke, ubicado en la ciudad de Stoke-on-Trent (Inglaterra), explica el mismo medio.

La mujer fue mal diagnosticada cuando su primogénito, para ese entonces de 8 meses, no le empezó a recibir la lecha materna cuando intentaba dársela por el seno derecho. En ese momento creyó que le había salvado la vida porque por eso decidió ir al médico a ver qué tenía. Lastimosamente sin tenerlo, le dijeron que tenía cáncer de mama.

Sarah, ahora, dice que quedó traumatizada por los dolorosos tratamientos a los que se sometió y que continúa padeciendo de las secuelas que le dejó la quimioterapia. Además, está preocupada porque ahora sí puede desarrollar cáncer debido a los implantes y reconstrucción de seno que se hizo, detalla el rotativo inglés.

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Sus abogados explicaron que el error de diagnóstico ocurrió porque una muestra de la biopsia se registró incorrectamente.

“Los últimos años han sido increíblemente difíciles para mí y mi familia… Que me dijeran que tenía cáncer fue horrible, pero luego pasar por todo el tratamiento y la cirugía para luego saber que era innecesario fue traumático”, relató la mujer a The Telegraph.

Boyle tuvo a su segundo hijo, que tiene 7 meses, a pesar de la quimioterapia, pero no pudo amamantarlo debido a los procedimientos: “Aunque me encantó cuando di a luz a Louis, fue realmente desgarrador cuando no pude amamantarlo“, añadió.

El caso se conoció en Inglaterra porque hace un par de semanas salió un informe que advierte que los errores del Hospital Universitario Royal Stoke ya han afectado (casi de muerte) a 11.000 pacientes, finaliza el diario británico.