Hay conmoción al conocerse las circunstancias trágicas de la muerte de Marcela Alcázar, una actriz mexicana especializada en cortometrajes, luego de participar en un retiro espiritual en Durango.
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La mujer habría consumido kambó, un extracto que se utiliza en algunas prácticas indígenas ancestrales y que incluye veneno de rana. Alcázar, de 33 años, se encontraba en un proceso de aprendizaje para convertirse en sanadora en el centro de Mayocoyani, Durango.
Según informes, poco después de la aplicación de esta sustancia, Alcázar comenzó a experimentar vómitos y severos dolores estomacales. Aunque estos síntomas eran considerados normales en el contexto del ritual, no se le proporcionó ayuda médica de inmediato.
Con el empeoramiento de su estado, y después de cinco horas de sufrimiento, fue trasladada de urgencia a una instalación de la Cruz Roja local. Desafortunadamente, los esfuerzos para salvar su vida fueron insuficientes y murió debido a una broncoasfixia.
Riesgos del uso del kambó en rituales espirituales
El kambó es empleado tradicionalmente en algunas culturas indígenas de la Amazonía, aplicándose directamente sobre heridas abiertas para lograr una ‘limpieza espiritual’.
La sustancia proviene de la secreción de la piel de la rana Phyllomedusa bicolor, conocida por sus propiedades tóxicas. Este incidente ha levantado preocupaciones sobre la seguridad de las prácticas tradicionales, especialmente cuando son llevados a cabo por personas no adeptas o en entornos no controlados.
Jonathan, el encargado de administrar la sustancia, huyó del lugar y actualmente es buscado por las autoridades. La hermana de la víctima, en declaraciones a El Universal de México, recalcó la necesidad de justicia y alertó sobre el peligro de estos rituales, mencionando que Jonathan, quien frecuentemente organizaba estos cursos, podría representar un riesgo para otros participantes.
El desconcierto también alcanzó a Marcela Alcaraz, actriz con un nombre similar, quien tuvo que desmentir su caída a través de redes sociales después de una confusión inicial con la víctima.
La triste noticia fue confirmada por la productora Mapache Films en un comunicado emitido en redes sociales, expresando su dolor por la muerte de su colaboradora y enviando condolencias a familiares y amigos de Alcázar.
Este evento no solo destaca los riesgos inherentes al uso de kambó en contextos no reglamentados, sino que también suscita importantes preguntas sobre la regulación y la supervisión de prácticas ancestrales que, integradas en contextos modernos, podrían implicar graves consecuencias para la salud.
Según fuentes, esta práctica se ha prohibido en varios países debido a sus riesgos, pero sigue siendo utilizada en otros, bajo la creencia de que puede aportar beneficios espirituales y físicos a los participantes. La muerte de Marcela Alcázar sirve como un lamentable recordatorio de la necesidad de más educación,Regulación y precaución en el uso de estas antiguas tradiciones.
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