El artista aseguró en La Red que ellos eran “tan inmaduros”, que ni siquiera sabían cómo funcionaba el arma. Ellos le retiraron el proveedor a la pistola y pensaron que con eso bastaba para descargarla. Segundos después, Julián se le acercó a su amigo y, señalándose el pecho, le dijo que le disparara en el corazón.

“Cuando sale el tiro, yo me hago hacia atrás y mis oídos hacen ‘piiiiii’, ¡no escuchaba nada! Rápidamente, me pongo la mano aquí (señala su pecho), me levanto, empiezo a caminar y digo: ‘me mató, me mató’”.

Captura de video - La Red.

En esos minutos de confusión, Julián cayó en cuenta de que seguía vivo, luego empezó a caminar y vio a Fabián, su amigo, pálido del susto por lo que acababa de ocurrir.

“[Fabián] empieza a caminar y yo le digo: ‘Fabián, tranquilo, tranquilo, no pasa nada’, y empiezo a orar”.

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Al acordeonero lo auxiliaron de inmediato y lo trasladaron a un hospital, donde los médicos notaron que la bala le había había entrado y salido del cuerpo. Los doctores intentaron pasar una sonda por la herida, pero algo se los impedía: Julián llevaba un escapulario con la imagen de la virgen de Chiquinquirá. Este objeto, que se lo regaló su mamá cuando niño, fue lo que le salvó la vida.

Julián indicó en el programa que aquel día comprendió “varias cosas” y una de ellas era que Dios le “había dado una segunda oportunidad”. De acuerdo con La Red, el músico no tuvo ninguna secuela tras el accidente y hoy en día sigue siendo amigo de Fabián.