El caso de Rappi lo incluye Gómez en su columna, dedicada a “algunas verdades con pinta de exitosas mentiras”, en la que asegura que hoy “todos quieren tomarse una foto junto al genio que diseñó la compañía”, desde el grupo japonés SoftBank acaba de invertir mil millones de dólares en este “exitoso modelo”, hasta el presidente Iván Duque, “que ve destellos naranja por todas partes”.

Pero, como un polo a tierra que hace reflexionar sobre este apogeo de Rappi, Gómez pregunta: “¿Cuántas horas tiene la jornada laboral de los ‘rappitenderos’?, ¿ha disminuido el porcentaje que reciben por cada entrega?, ¿les suministran sin costo elementos de trabajo como la maleta-nevera?, ¿cuentan con servicios sanitarios para sus necesidades?, ¿qué tasa de accidentalidad genera el cumplimiento de los tiempos que les fijan para los domicilios?, ¿les pagan la salud y cotizan para pensión?”.

Con base en eso, Gómez afirma: “Cuando uno ve en fotos las sonrisas de los ‘rappidueño’s, diera la sensación de que se están riendo de miles de personas necesitadas”.

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Simón Borrero, CEO y fundador de la empresa, ya había dado respuesta, en una entrevista con Semana, publicada en la edición de este domingo, a algunas de las preguntas que plantea Gómez en El Tiempo.

Dijo, por ejemplo, que una parte de la inversión que hará el grupo japonés SoftBank en Rappi será para mejorar la condiciones de trabajo de los ‘rappitenderos’.

“En solo Colombia vamos a invertir más de 800 millones de pesos en centros de descanso para ‘rappitenderos’, para que no tengan que ocupar espacios públicos, porque hay zonas donde hay muchos […] acumulados, y allí vamos a tener puntos de descanso, para que puedan tomar algo, ir al baño, cargar la batería de su teléfono y otras comodidades”, dijo Borrero a la revista.

Y sobre las prestaciones sociales, afirmó: “Estamos pagando 2,5 veces el salario mínimo por hora, en cada país en donde operamos. El nuestro no es un modelo diferente para evitar pagar prestaciones sociales, sino que en realidad es un modelo diferente”.

De acuerdo con lo que le dijo Borrero a Semana, “el 88 por ciento de los ‘rappitenderos’ se conectan 12 horas por semana a la plataforma. A la hora que quieren, no tienen compromiso, se pueden conectar y desconectar, y algunos se desconectan por un mes. Este modelo es el futuro, y le sirve al estudiante que puede generar ingresos en su tiempo libre para pagar sus estudios universitarios”.

“Es muy fácil decir ‘¿Por qué no los contratan a todos?’”, dice Borrero en una de sus respuestas a Semana, y se responde: “Pues porque, uno, no quieren ser empleados, son estudiantes, son autónomos; y dos, porque obviamente no funciona el modelo”.