
En cuestión de horas se conocerán los primeros aranceles fijos que Estados Unidos impondrá con el fin de potenciar su economía, pero que también servirán para castigar a uno que otro país.
Donald Trump ha dejado ver idea como gravar a países que no reciban a sus migrantes, gravar países no afines a su ideología y una particularmente que golpearía duro a Colombia: gravar a quienes negocien con Venezuela.
(Vea también: A TikTok se le acaba tiempo en Estados Unidos: Trump tendrá reunión clave sobre su futuro).
Colombia es uno de los grandes socios comerciales del vecino país y la cercanía entre Petro y Maduro no es un secreto para nadie.
Así las cosas, además de gravámenes a industrias como carros, ganadería, agricultura y otras, acá aplicarían los aranceles creados por negociar con Venezuela de forma constante.




Recientemente, surgió otro temor acerca de la descertificación de la lucha antidrogas. Si Estados Unidos quita la certificación a Colombia, se podrían dar más golpes y hasta sanciones económicas.
Las sanciones de Estados Unidos han llevado a países como Venezuela a sufrir de hiperinflación y crisis agudas en sus finanzas como nación.
Cuáles industrias colombianas se afectarían con aranceles de EE. UU.
Si Estados Unidos impusiera aranceles a las exportaciones colombianas, varias industrias clave del país se verían seriamente afectadas debido a la alta dependencia del mercado estadounidense. Sectores como la agricultura, la minería, la industria manufacturera y el textil sufrirían grandes impactos, ya que Estados Unidos es uno de los principales destinos de los productos colombianos.
El sector agrícola sería uno de los más golpeados, especialmente los productores de café, flores y banano. Colombia es uno de los mayores exportadores mundiales de estos productos, y Estados Unidos representa una parte significativa de su mercado. Los aranceles aumentarían el costo de estos bienes para los consumidores estadounidenses, reduciendo su competitividad frente a otros países como Brasil o Ecuador. Esto generaría una disminución en las ventas, afectando directamente a miles de agricultores y trabajadores en las zonas rurales, quienes dependen de estas exportaciones para su sustento.
La industria minera, particularmente el carbón y el petróleo, también enfrentaría dificultades. Estados Unidos es un comprador clave de estos recursos, y los aranceles harían que las empresas estadounidenses buscaran proveedores en otras regiones como Canadá o Australia. Esto reduciría los ingresos del sector y pondría en riesgo miles de empleos en zonas donde la minería y la extracción de petróleo son las principales actividades económicas.
El sector manufacturero, incluyendo autopartes, productos químicos y materiales de construcción, vería una reducción en la demanda debido a los mayores costos de exportación. Muchas empresas dependen de Estados Unidos como su principal mercado, y la imposición de aranceles podría obligarlas a reducir su producción o buscar mercados alternativos menos rentables.
Por último, la industria textil sufriría un fuerte impacto, ya que compite con países asiáticos en el mercado estadounidense. Un aumento en los costos haría que los compradores estadounidenses prefieran proveedores más baratos, reduciendo la demanda de productos colombianos y afectando a miles de trabajadores en este sector.
Por qué Estados Unidos tiene poder de sancionar a otros países
Estados Unidos tiene un gran poder para imponer sanciones a otros países debido a su influencia económica, política y militar en el mundo. Como la economía más grande del planeta y el emisor del dólar, que es la moneda de reserva global, Estados Unidos controla mecanismos financieros clave como el sistema SWIFT y la banca internacional. Esto le permite restringir el acceso de países sancionados al comercio global, afectando gravemente sus economías.
Además, su poder político le permite imponer sanciones unilaterales o en conjunto con aliados, como la Unión Europea. A través de leyes como la Ley Magnitsky o la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales (IEEPA), el gobierno estadounidense puede bloquear activos, prohibir transacciones y restringir la entrada de individuos o empresas en su territorio. Estas sanciones buscan castigar a países que violan derechos humanos, apoyan el terrorismo o amenazan la seguridad global.
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