Hubbard quedó última al no poder completar su participación en la categoría femenina de hasta 87 kilogramos en el levantamiento de pesas de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. 

En sus 3 intentos del arranque, la neozelandesa trató de levantar 120, 125 y 125 kilogramos, respectivamente, pero no pudo completar ninguno de los levantamientos.

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Así las cosas, Hubbard quedó afuera sin siquiera poder participar en la cargada y envión de esa disciplina femenina en la que se rompió el récord olímpico que estaba vigente. 

La participación de la neozelandesa fue discutida e incluso criticada por otras competidoras de esa misma categoría en el levantamiento de pesas de los Juegos Olímpicos Tokio 2020. 

La belga Anna Vanbellinghen, que quedó eliminada en la primera ronda, catalogó la participación de Hubbard como “una broma de mal gusto”. 

“El principio de inclusión no debería ser a expensas de los demás. Cualquiera que haya entrenado levantamiento de pesas a un alto nivel sabe que esto es cierto. Esta situación en particular es injusta para el deporte y para las atletas”, indicó en su momento Vanbellinghen, en palabras recogidas por la BBC. 

En cuanto a lo estrictamente deportivo, la categoría femenina de hasta 87 kilogramos en Tokio 2020 presenció un nuevo récord olímpico. La encargada de romper la marca y llevarse el oro fue la china Wenwen Li (320 kilogramos). 

La medalla de plata fue para la británica Emily Campbell (283 kilogramos) y el bronce fue para la estadounidense Sarah Robles (282 kilogramos). La única latinoamericana en esta final fue la dominicana Verónica Saladín, quien terminó en séptimo lugar tras haber levantado 242 kilogramos.