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Los collares de entrenamiento administran una descarga eléctrica al perro como forma de corrección, causando estrés, ansiedad y dolor.
El uso de collares antiladridos para perros son comunes para corregir su comportamiento, pero el dueño debe ser consiente de los efectos negativos que puede padecer su mascota con el uso excesivo de estos aparatos.
Este tipo de elementos también llamados entrenamiento eléctricos, administran una descarga eléctrica al perro como forma de corrección.
Alexander Hernández, zootecnista de la Universidad de La Salle con maestría en Bienestar Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, en entrevista con Pulzo habló de los efectos negativos del uso de este elemento y porqué no son recomendables.
(Vea también: Cómo nombrar a un perro: expertos dan consejos para tomar una difícil decisión)
El collar antiladrido se coloca alrededor del cuello del animal. Muchos fabricantes incorporan la opción de regular la intensidad del estímulo que produce este aparato. Por lo general, la potencia de los collares eléctricos antiladridos es de unos 6 voltios.
Este sistema funciona por medio del refuerzo negativo o castigo. El estímulo del collar, el experto indicó que, a pesar de ser inofensivo o de baja potencia, molesta o asusta al animal, por lo que a la larga asociará el acto de ladrar con esa molestia.
Actualmente existe la polémica entre la eficacia del refuerzo negativo y la del adiestramiento positivo. Entrenar a su perro reforzando la conducta positiva conlleva una mejora significativa en el propio vínculo humano-animal, que es la base de la comunicación y, por tanto, del adiestramiento.
El castigo puede provocar estrés en los perros y otros problemas de salud física y emocional. El uso de estos dispositivos podría desencadenar problemas de conducta mayores que el propio ladrido, como la agresividad, el pánico e incontinencia por sumisión.
Además, un uso incorrecto del aparato o de otros castigos puede confundir al animal y no ser en absoluto eficaz. En definitiva, estos sistemas bien utilizados podrían conseguir resultados a corto plazo a la hora de evitar el ladrido excesivo de un perro, pero los efectos sobre la salud y el bienestar del animal pueden ser peores e incluso se puede agravar el problema subyacente del ladrido.
(Vea también: ¿Sabe por qué su perro ladra? Entenderlo es posible para que no agrave un problema)
Actualmente, en el país no hay una regulación estricta sobre el uso de estos collares antiladridos porque su venta es libre. Existe la ley del maltrato animal, pero esta no castiga el uso de estos dispositivos en los animales.
El experto recomienda siempre, optar por cuatro opciones más seguras y humanas como los siguiente:
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