Escrito por:  Redacción Vivir Bien
Abr 20, 2025 - 3:49 pm

Mentir es un comportamiento común en la infancia y es parte integral del desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Los expertos indican que los niños comienzan a mentir desde una edad temprana, generalmente para evitar consecuencias negativas o para mantener una imagen favorable ante los adultos.

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Un ejemplo ilustra cómo los niños pueden usar la mentira para evitar ser regañados. Si un niño tiene prohibido comer dulces antes de la cena y sus padres descubren chocolate en su boca, puede negar haber comido el dulce para intentar evitar un regaño o una posible sanción.

¿Por qué los niños dicen mentiras?

Esta habilidad para decir mentiras, aunque incipiente y a menudo transparente para los adultos, se agudiza con el tiempo. Inicialmente, los niños no comprenden completamente las implicaciones de sus mentiras ni consideran plausible que los adultos puedan saber la verdad, dado que carecen de la capacidad para entender completamente las perspectivas ajenas.

Esta falta de desarrollo en habilidades cognitivas avanzadas, como la teoría de la mente, que es la capacidad de comprender que los demás tienen creencias, deseos y perspectivas que diferentes de los suyos, es fundamental para entender por qué los niños mienten con frecuencia en sus primeros años. Los niños observan y aprenden de los comportamientos de los adultos a su alrededor.

Cuando ven a los adultos mentir, aunque sean en situaciones aparentemente inofensivas, aprenderán que la mentira puede ser una herramienta social útil. Estas observaciones son especialmente potentes cuando los niños ven que las mentiras de los adultos evitan conflictos o facilitan interacciones sociales.

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Por ejemplo, un padre que dice por teléfono que no puede asistir a una reunión porque está enfermo, cuando en realidad no lo está, transmite a su hijo que una mentira puede ser útil para gestionar situaciones sociales complejas.

Sin embargo, no todas las mentiras tienen el mismo impacto o intención. Es crucial que los padres y educadores distingan entre tipos de mentiras y entiendan las motivaciones detrás de ellas para responder de manera adecuada. Las mentiras que buscan evadir responsabilidades personales o que intentan manipular a otros requieren una atención especial, ya que pueden ser indicativas de problemas más profundos en el desarrollo del niño.

¿Qué hacer para que los niños no mientan?

Promover la honestidad desde una edad temprana es esencial y puede hacerse estableciendo un ambiente donde se valore la verdad y se demuestre con el ejemplo. Mostrar las consecuencias positivas de la honestidad y las negativas de la mentira de manera consistente puede reforzar este aprendizaje.

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De acuerdo con Mireia Orgilés y José Pedro Espada, expertos en psicología infantil de la Universidad Miguel Hernández, comprender las dinámicas detrás de la mentira infantil permite guiar mejor a los niños hacia un desarrollo emocional y social saludable.

A través de una comunicación efectiva y siendo modelos a seguir, los padres pueden fomentar un ambiente de sinceridad y confianza en el hogar. Este análisis sobre el comportamiento de mentir en los niños ha sido profundamente estudiado y discutido por expertos, permitiendo una mejor comprensión y manejo de este fenómeno en la psicología del desarrollo infantil.

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