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Los perros, compañeros leales de los seres humanos, comparten gran parte de sus vidas con ellos, incluidas sus horas de descanso. Es común observar cómo, durante el sueño, estos animales hacen una serie de acciones que pueden resultar curiosas: mueven sus patas, gimen y, en ocasiones, ladran. Este fenómeno ha intrigado a muchos dueños de mascotas, quienes se preguntan qué ocurre en la mente de ellos mientras descansan.
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¿Por qué un perro intenta ladrar mientras duerme?
En primer lugar, es importante entender que los perros, al igual que los humanos, atraviesan diferentes fases del sueño. Durante la fase REM (Rapid Eye Movement, por sus siglas en inglés), que es la etapa en la que los sueños son más vívidos, ellos pueden experimentar una serie de movimientos involuntarios, incluyendo ladridos. Esta fase es crucial en el ciclo del sueño, ya que es el momento en el que el cerebro procesa la información y las experiencias vividas durante el día. Se cree que los ladridos y otros movimientos reflejan la actividad cerebral de los perros, sugiriendo que, de alguna manera, están ‘reviviendo’ situaciones en sus sueños.
El ladrido durante el sueño no es motivo de preocupación. En realidad, indica que el perro está teniendo un descanso profundo y saludable. Los científicos han estudiado este comportamiento y han encontrado que, al igual que los humanos, ellos sueñan con actividades cotidianas, como jugar, cazar o interactuar con otros perros y personas. Así, cuando un perro ladra mientras duerme, podría estar recreando un momento de juego o respondiendo a un estímulo percibido en su mundo onírico.
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Otra teoría sugiere que los ladridos durante el sueño podrían estar relacionados con la consolidación de la memoria. Los perros, al igual que otros mamíferos, utilizan el sueño para procesar y almacenar recuerdos. Durante este proceso, el cerebro reorganiza la información, lo que podría desencadenar respuestas físicas como ladridos, especialmente si están relacionados con experiencias emocionales fuertes o situaciones de estrés.
En cuanto a la frecuencia de estos ladridos, cabe mencionar que varía de un perro a otro. Los factores que influyen incluyen la raza, la edad y el nivel de actividad del animal. Por ejemplo, los perros más jóvenes, que tienen una mayor cantidad de energía y experiencias nuevas cada día, tienden a ladrar más durante el sueño en comparación con los perros mayores, que llevan una vida más tranquila.

¿Por qué los perros les ladran a unas personas y a otras no?
El comportamiento de los perros al ladrar a unas personas y no a otras es un fenómeno complejo que se da por una combinación de factores que incluyen su instinto natural, experiencias previas y la percepción que tienen de las personas a su alrededor.
Uno de los factores clave es el instinto protector. Los perros, especialmente aquellos que tienen una fuerte inclinación territorial o protectora, pueden ladrar a las personas que perciben como una amenaza para su hogar o familia. Si una persona se acerca demasiado rápido, hace movimientos bruscos o emite sonidos que el perro considera inusuales, esto puede desencadenar una respuesta de ladrido.
El lenguaje corporal también juega un papel crucial en cómo un perro reacciona ante diferentes personas. Los canes son extremadamente sensibles a la postura, el tono de voz y las expresiones faciales humanas. Si una persona se acerca con una actitud confiada y relajada, es menos probable que el perro ladre, en comparación con alguien que esté nervioso, temeroso o que haga gestos que ellos puedan interpretar como amenazantes.
Las experiencias previas del perro con personas también influyen en su comportamiento. Si un perro ha tenido una mala experiencia con alguien que tenía una apariencia similar (por ejemplo, una persona con sombrero o con una cierta fragancia), puede desarrollar una asociación negativa y, como resultado, ladrar a cualquier otra persona que le recuerde esa situación.
Otro factor importante es el entrenamiento y la socialización. Los que han sido socializados desde una edad temprana para interactuar con diferentes tipos de personas, ambientes y situaciones son generalmente más tranquilos y menos propensos a ladrar sin motivo. Por el contrario, los que no han tenido una socialización adecuada pueden ser más reactivos y desconfiados.
Además, el estado emocional del perro en el momento también influye. Si el perro está ansioso, estresado o sobreexcitado, es más probable que ladre a las personas que se le acerquen. La presencia de su dueño también es determinante; muchos perros se sienten más seguros cuando están con su dueño y, por lo tanto, pueden reaccionar de manera más tranquila en presencia de extraños.
*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Mascotas, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.
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