Dicha decisión se tomó luego de que un estudio adelantado por la farmacéutica en el 2015 reveló que el medicamento Enbrel, originalmente diseñado para tratar la artritis reumatoidea, era efectivo en la reducción de riesgo de padecer demencia en un 64 % de los casos.

“Enbrel podría potencialmente prevenir, tratar y retardar la progresión de la enfermedad de Alzheimer de forma segura”, dice una presentación interna de Pfeizer de 2018, citada por BBC.

Pero el ocultamiento de los estudios y las pruebas no pasó desapercibido para el diario The Washington Post, que cuestionó por qué la farmacéutica no le contó al mundo sobre sus hallazgos, más cuando el Alzheimer –y en general la demencia– es uno de los retos actuales de la comunidad científica.

“Durante sus 3 años de revisiones internas, Pfizer decidió que Enbrel no se mostraba prometedora para la prevención del Alzheimer porque la droga no llega directamente al tejido cerebral”, fue la respuesta de la gigante farmacéutica a los cuestionamientos de The Washington Post, y agregó que no le veían mucha posibilidad de éxito a futuros ensayos clínicos.

Ilustración del cerebro

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La farmacéutica también se escudó en que, a juicio de ellos, la investigación inicial (la que hablaba de una efectividad del 64 %) no había sido desarrollada según los “rigurosos estándares científicos de la compañía”.

No obstante, dicha postura fue desafiada por la comunidad científica, que opina que los resultados, buenos o malos, sirven como punto de referencia para tomar decisiones más acertadas, como lo exponen en el ‘Post’ el doctor Rudolph E. Tanzi, uno de los más prominentes investigadores del Alzheimer y profesor en la Universidad de Harvard y del Massachusetts General Hospital, y Keenan Walker, catedrático de la institución John Hopkins.

El ‘Post’ destaca que la discusión interna sobre la droga Enbrel se dio por terminada a finales de 2018 y que Pfizer estaba planeando abandonar la investigación sobre el Alzheimer, y además cerrar la división neurológica y despedir a 300 empleados.

En opinión del británico Clive Holmes, profesor de siquiatría biológica en la Universidad de Southampton (Reino Unido), recogida por el diario capitalino, Pfizer y otras farmacéuticas toman este tipo de decisiones para no gastar una millonada en investigación y después ver cómo se benefician las firmas que producen medicamentos genéricos.

Keenan Walker dice que este tipo de información debe ser conocida por el mundo científico y asegura, de manera preliminar, que tiene la sensación de que el medicamento Enbrel, por ser un antinflamatorio, podría reducir no solo la hinchazón de la corteza del cerebro sino la interna, con grandes beneficios para los pacientes.