Un artículo publicado por The New York Times revela que las suelas de los zapatos no son las únicas fuentes de gérmenes que traemos de la calle y que, así pisemos excremento de perro, por ejemplo, dicha suciedad es comparable a la que tenemos en nuestras manos después de usar el transporte público o hacer una transacción en un cajero automático.

También menciona la suciedad que traemos en los bolsillos, por cargar billetes y monedas o simplemente por meternos las manos en ellos.

Un estudio de 2008 citado por el ‘Times’ en el que los científicos les hicieron seguimiento a 10 personas con zapatos nuevos durante dos semanas hallaron que el calzado portaba la bacteria E. Coli, responsable de generar enfermedades intestinales y urinarias graves, e incluso meningitis.

Ese hecho por sí solo, señala el diario, no es peligroso, pero sí se vuelve riesgoso para la salud si después de quitarse o ponerse los zapatos la persona se lleva la mano a la boca, o si en un hogar donde se camina con zapatos se consume comida que ha caído al piso.

Mcdonals

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El científico Donald W. Schaffner, microbiólogo experto en alimentos de la universidad de Rutgers University, Nueva Jersey, dijo citado por el diario que un hogar que esté cerca de animales como serpientes, ranas o tortugas (como podría suceder en ciudades como Miami o en sitios calientes de Colombia) puede estar expuesta a la salmonela y asegura que hay riesgos peores que los zapatos, como no darles adecuado tratamiento y manipulación a los alimentos.

Otro de los consultados por el medio, el doctor Aaron E. Carroll, profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, EE. UU., asegura que una esponjilla para lavar la loza mal lavada es un foco de infección, pues tiene partículas de comida en descomposición.

El experto indica que solo enfocarse en la suciedad de los zapatos es dejar de lado otras fuentes, como tocar ciertos objetos en la calle que jamás se lavan, como la manija de la manguera para tanquear el carro o, de nuevo, manipular dinero.

Por su parte, la profesora de ciencias biomédicas de la Universidad de Quinnipiac Lisa A. Cuchara explica que la suciedad de los zapatos es más un tema de asco que de un riesgo para la salud.

Cuchara hace una comparación entre el piso de un baño público, que contiene unos 2 millones de bacterias por pulgada cuadrada, con el rodete de un inodoro, que tiene 50 bacterias en la misma área, y por ello hace una recomendación:

“En lugar de los zapatos, piense más bien en cuántas bacterias está llevando en la mochila que puso en el piso, más si la pone sobre el mesón de la cocina o la mesa”.

Finalmente, se menciona la cantidad de bacterias que las mascotas, sobre todo los perros, traen en las patas después de salir al parque, y dicen que al fin y al cabo las bacterias en el hogar no son tan malas, pues generan anticuerpos, sobre todo en los niños.

Bueno, no se enfocan mucho en el celular o el teclado del computador, que recogen cientos de miles de gérmenes, pero que valen de ejemplo para todo lo que una persona toca en su diario vivir.