Al hablar con Juliet, la policía descubrió que “no había animales ni riesgos para el público”, pues lo que en realidad alertó a la comunidad fue la escultura de un tigre hecha por la mujer, informó BBC.

La artista le contó a la cadena de noticias que la estatua “parece bastante real” porque desde el inicio ese fue su objetivo; además, señaló que la escultura está a unos 30 metros de distancia de un sendero público y por eso no se alcanza a distinguir.

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En entrevista con The Guardian, la mujer indicó que no entendía cómo las personas pudieron confundir su escultura con un tigre real:

“Mucha gente tiene muy poco conocimiento real de cómo se comportan los animales en el campo. Cualquier felino que escapara estaría en un estado de terror, y no estaría tomando el sol, mirando amigablemente el sendero más cercano”.

Juliet también les manifestó a ambos medios que si bien en un principio la idea era vender la escultura, después se arrepintió, pues, según ella, la figura se veía muy bien detrás de su casa.

De acuerdo con el testimonio de la artista a The Guardian, a los policías —que estuvieron entre 10 y 20 minutos afuera de su casa— “les gustó el modelo y dijeron que pensaban que era muy realista”.

A continuación puede ver fotos de lo sucedido: