Uno tras otro, los voy conociendo por la vida y abriendo sus características personales como quien pela una naranja. 

Me sorprende la mano de narcisistas que llegan a mí. A veces pienso que esto debe de ser una conspiración estelar, un plan maestro de no sé quién para que yo haga algo con ellos, o ellos hagan algo conmigo.

Los escritores, a lo largo de mi vida, me han parecido seres llenos de ego, cargados de sus propias manías, con unas irrefrenables ganas de sentirse especiales, leídos, reconocidos, como si sus letras pudieran engordarles los genitales, como si su carrera solitaria les curara las imperfecciones cuando publican sus libros. Ahora bien, los narcisistas que llegan a mí desde hace un tiempo ya no son escritores (dejé de salir con autores hace ya media década y vivo algo mejor).

Los nuevos narcisistas pueden ser analistas de mercados, vendedores de coches y organizadores de eventos. Chicos que tienen una primera cita en la que uno termina diciendo: es un pilo, es un bombón o es un tipo de lo más incitante; pero algo no me encaja. Con los narcisistas siempre hay algo que no encaja, pero esto se sabe después. Lo que pasa es que para ellos el otro no existe, solo existen ellos, así que la parte del diálogo que funciona es la de ellos, la película que se cuenta es la de ellos, y por lo general se recrean en su vida, en sus pasajes y en lo que a ellos les pasa, sin importarles un pepino si a uno le ha dado hambre, o sueño, o uno está cansado.

Para un narcisista lo importante es que él abastezca sus placeres, y a veces uno hace parte de este menú de placeres. Por eso comparten con uno, porque de esa manera ellos también se sienten bien y se quitan los demonios de encima. Aunque luego uno aprende que no, que lo que ellos quieren es su propio placer, y nada más. 

Duele, pero uno al final sabe que va a ser así. Si uno está con un narcisista tiene que esperar poco, salvo cuando él se lo está pasando bien, que ahí sí se le ilumina la cara y se viene arriba. 

Son personas a las que hay que ver con hora de entrada y hora de salida, sin pasarse, porque como son incapaces de pensar en uno, al final la convivencia es algo dramática. Se pueden gastar toda el agua caliente, comerse toda la carne, devolver el carro sin gasolina, o beberse todo el vino porque uno NO existe para ellos salvo para dorarles el ego. Pueden contar sus historias de semi éxito con la rotundidad de un actor de Hollywood, sin apenas ver que esa historia no tiene nada de especial y que, por el contrario, puede ser aburrida. Lo que pasa es que ellos no pueden juzgarse a sí mismos ni criticarse. No saben hacerlo. 

Lo que sucede es que por alguna razón también pueden parecer adorables a veces, e incluso pueden resultar letales, porque se les ve muy seguros de sí mismos (aunque sea sólo fachada) y también porque están plagados de juicios hacia los demás.

Yo creo que son como caricaturas de sí mismos, como personas que resultan interesantes de observar, pero de las que conviene alejarse cuando el corazón se compromete, porque carecen de la empatía necesaria para poder tener relaciones sanas, y porque solo hay una visión que vale: la de ellos.

Si uno les cambia los planes, o no les da el crédito por eso tan magnánimo que han hecho, se ofenden, se emberracan, o lo mandan a uno al carajo porque sus deseos son lo que cuentan. 

Satisfacerlos es complicado, porque además son tremendamente manipuladores y mentirosos.

Dicen que todo lo van a conseguir, que van a solucionar sus problemas, que van a remediar situaciones en las que están metidos por su horrible gestión de la verdad, de las emociones y de la realidad. Ellos se ven mejores de lo que son, más fuertes de lo que están, más preparados, más importantes, y lástima, porque suelen estar más solos que nosotros, los que esperamos que la vida los trate bien y que les dejen de pasar cosas horribles. Los narcisistas están llenos de malas noticias, la vida no les sonríe, y es obvio porque no tienen cordón umbilical con la tierra. Están por encima de ella.

No van a cambiar, no hay forma de que abran la mirada, de que la conecten con el corazón y puedan ponerse en el lugar de la persona que les quiere. Si tienes un narcisista, ya sabe lo que le espera. Si está enamorado de alguien así, contacte conmigo, necesitará mi ayuda profesional para salir de ese agujero negro.

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