Aunque recordemos que los bebés llegan sin llamar a la puerta.

Después de unos años de convivencia, muchas parejas se preguntan si ha llegado el momento de ser padres. La mejor respuesta para esto la tiene mi mamá: no hay un momento ideal, siempre vas a tener algo a favor y algo en contra. Nunca estarás lista al 100% y tendrás que vivir con esta incertidumbre antes de que seas mamá o papá.

No hay escuelas de padres para decirnos cuándo es el mejor momento para serlo. Si bien es cierto que un buen trabajo garantiza mejores condiciones de vida, no lo es todo. También hay que tener en cuenta otros factores como por ejemplo la salud de la pareja, la economía futura, la edad de ambos, las ayudas con las que cuentan a la hora de cuidar y velar por su hijo, y el momento vital que atraviesan.

Ser padre es para toda la vida y el trabajo se multiplica

No nos preparan para convertirnos en madres o padres con recursos, sino que vamos aprendiendo con nuestros hijos, a base de ensayo y error, a base de intuición, de consejos de otros, de experiencias y de querer hacerlo lo mejor posible; porque eso es precisamente ser padre: un acto de amor incondicional por el que descubres que todo en tu vida puede cambiar cuando tienes un hijo, tus prioridades, tus gustos, tu forma de ver la vida, de relacionarte con los demás, de festejar y salir de fiesta, de tener una pareja, y de vivir el mundo. Seremos padres para siempre, a este trabajo no renunciaremos jamás y se va haciendo más peliagudo con el paso del tiempo. Criar un bebé parece difícil, pero espérese a que tenga 15 años para ver si le parece más sencillo.

Los bebés no se tienen por arreglar un matrimonio

Si la pareja está en crisis, ningún hijo puede ayudar a que se mejore esta situación. Hay que entender que un bebé necesita tiempo, dedicación, energía ilimitada, horas de insomnio y un desgaste que sólo los que han sido padres conocen. Si una pareja está rota antes del nacimiento de un bebé, con la llegada de éste no va a ocurrir el milagro de que se lleven bien. Una cosa es el matrimonio y otra es la paternidad y maternidad. No van en el mismo saco.

No existe el diez, pero prioriza

Hay que relajarse porque no existen los papás o las mamás perfectas, todos estamos haciendo nuestro trabajo lo mejor que sabemos.

Si somos muy jóvenes tendremos más energía, si somos más maduros tendremos más aplomo. Lo ideal es que no nos vayamos a los extremos a la hora de concebir, y nos podamos dar el lujo de disfrutar de ciertas etapas de nuestra vida. Ser madre adolescente es complicadísimo, pero ser madre muy mayor puede serlo también.

Esperar a tener una casa es algo que puede ayudar a la estabilidad, pero si no tenemos un lugar propio y nos acercamos a los cuarenta hay que recordar que

superar esta barrera para las mujeres puede ser de riesgo para el bebé.

No haber completado los estudios es algo que hace que muchas mujeres tengan que terminar la carrera después, o que no finalicen sus estudios. Esto puede suponer un problema para que ellas, porque van a tener más inconvenientes para entrar en el mercado laboral y estarán con ese pendiente para siempre después de ser mamás. Mi consejo es que los estudios tengan prioridad sobre los bebés.

Mamá sí, y productiva también

Muchas mamás que nos hacemos cargo de nuestros hijos vemos que la comodidad de no trabajar puede extenderse por meses o incluso años. Lo cierto es que ser mamá no riñe con ser productiva y esto es algo que no se dice siempre. Es chévere tener un hijo y más chévere que este sea un motivo más para ponernos las pilas, para seguir trabajando, para crecer como persona y como profesional. Las mamás que solo cuidan niños tienen un mundo más reducido y se pierden de desarrollarse laboralmente, una desventaja que podrían llegar a lamentar con el paso del tiempo.

¿Viajar por el mundo con un bebé?

Si tenemos una pareja aventurera que nos permite descubrir el mundo con una mochila y ser intrépidos, lo mejor es que veamos si un bebé puede ser algo que nos permita crecer como pareja, o si por el contrario nos va a restar autonomía. Todos los bebés plantean un cambio de hábitos, sin embargo los bebés son adaptativos. Hay bebés que suben montañas, que están durmiendo en barcos, aviones, trenes o autos por el mundo, que se crían oyendo diferentes idiomas por donde van,  y que van a los ritmos que sus papás deciden. ¡La vida no se acaba cuando llega un bebé, por el contrario se reinicia de nuevo!

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