Sin embargo, la percepción del amor cambia. Con 15 años deseamos un tipo de amor con chispitas, a los cincuenta con seguridad vamos a estar pensando en un amor más reposado, que nos permita compartir la madurez alcanzada.

El amor está mal explicado. No nos contaron lo que es el amor en el colegio.  Vendría estupendamente bien dar una clase de lo que es el amor.

Estamos amando mal. 

El amor es el intercambio de lo más grande que somos: ¡ es compartir el corazón!

Como virtud que es, desarrolla nuestro afecto, bondad y compasión. Estas tres es bueno aprendérselas y someterlas a un test. Cada vez que alguien dice que hace algo por su ser amado, hay que preguntarse:

¿Hay afecto en lo que hago?

¿Mi corazón es bondadoso con él o con ella?

¿Soy compasivo con ella?

Ojito: Sin importar la edad, el amor nada tiene que ver con nada que venga empacado con un lazo, ni con nada vendido por los publicistas y comerciantes, porque señoras y señores: el amor  es como el ritmo: se tiene o no se tiene. NO SE COMPRA.

El amor te sienta bien, te hace sentir animado, te da mucha fuerza para cumplir con tus objetivos, para superar tus dificultades, en definitiva… te hace una mejor persona.

El amor no te convierte en dependiente, no te transforma en una persona celosa, no te roba el sueño, ni te cierra el apetito, por el contrario, te hace sentir seguro de ti mismo, porque te hace crecer.

Te contaré otra cosa: el amor no duele, no te hace llorar, ni ir al sicólogo. Como nota al pie te contaré que el amor es completamente gratis.

En cambio, el capricho es el que te hace sentir ansiosa, el que te hace comportarte como si tuvieras una adicción. Veamos las diferencias que la Doctora Corazón tiene para ayudarte a que los reconozcas

1.El amor te hace estar de mejor humor, el capricho te hace sentir ansioso

2. El amor te ofrece una compañía real y profunda. El capricho no ofrece una compañía auténtica, sino  un rato que puede dejar un vacío al terminarse.

3. El amor te hace sentir feliz antes, durante y después de colgar el teléfono. El capricho, por su parte está en esa ‘Whastapeadera’ intensa, en esa revisión de saber si está en línea, si contestó, si dejó mensaje o si se conectó a redes. Maluquísimo el capricho, porque por ahí no es.

¿Y tú qué estás haciendo para dejar de estar en el capricho y empezar a vivir en el amor?

Un abrazo de todo corazón, de María Pasión y que tengan un año 2021 lleno de amor y no de caprichos.

Si necesitas una consulta privada conmigo puedes escribirme a este WhatsApp. Todas mis consultas son ‘online’, desde la comodidad de tu teléfono.

Sígueme en Facebook: María Pasión la Doctora Corazón o en Instagram @mariapasioncoach

Encuentra todas las columnas de María Pasión en este enlace.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.