Además de quedar en evidencia que la preparación académica en lengua castellana fue deficiente, tales descachadas idiomáticas comprueban que después de haber abandonado las aulas escolares no hay en esa gente ningún interés en conocer, querer y usar bien su propio idioma. Por tal razón, mi ejercicio pedagógico de atrapar esas salidas en falso y corregirlas gramaticalmente contribuye a despejar dudas y a enseñar lo que quedó pendiente desde la época de colegio. 

Veamos en esta entrega algunas de tantísimas metidas de pata (la expresión es castiza):

1. «Asesinan soldado en la Vía Panamericana»: Titular del periódico El Nuevo Liberal, de Popayán, en su página de Internet. Como este error, en el que se omite la preposición a, necesaria para formar el complemento directo de la oración, suelen darse diariamente otros de idéntica factura en la prensa colombiana. Algunos alegan que no escriben la a para ganar espacio, excusa inaceptable puesto que la tecnología de hoy permite hacer cuanta maravilla se nos ocurra en un computador. Luego los titulares también pueden ajustarse en tamaño y extensión. Corrección: «Asesinan a soldado en la Vía Panamericana». Este esquema responde a una simple pregunta: ¿A quién asesinaron? A un soldado. La pregunta contiene esa preposición, por eso no hay que negarla en la oración de respuesta.

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2. «El oficial, en colaboración con otros ciudadanos lograron persuadir al sujeto». Error del periódico Vanguardia, de Bucaramanga. En este fragmento de una noticia sobre un muchacho que quería suicidarse arrojándose desde el viaducto ‘Benjamín García Cadena’, hay una discordancia de número gramatical. Como oficial es palabra en singular, el verbo (lograr) también debió ser escrito en singular; además, se omitió la coma después del sustantivo ciudadanos, puesto que allí hay un inciso (en colaboración con otros ciudadanos). Arreglemos, entonces, el disparate: «El oficial, en colaboración con otros ciudadanos, logró persuadir al joven». Joven es más apropiado que sujeto.

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3. «Una nueva denuncia contra la elección del actual director de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, (…), fue elevada ante la Procuraduría General de la Nación». También esta nota fue generada por el diario Vanguardia. En tal periódico ─como ocurre en muchos otros en Colombia─ a sus redactores se les metió en sus testas la caprichosa «norma» de no escribir las siglas en mayúsculas, como corresponde a Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga ─CDMB─. (¿No notarán que escribieron el nombre de esa institución con iniciales mayúsculas?). Ignoran, quizás, que ese tipo de grafías llevan mayúsculas sostenidas si no pasan de cuatro letras (como en este caso exacto). Pero ellos, los contumaces y noveles redactores, insisten en que hay una norma que les dice (solo a ellos, claro) que si la sigla pasa de tres letras habrá que escribirla en minúsculas. ¡Falso, esa es una «norma» acomodaticia!

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4. «El presidente (…) sorprendió con su afirmación de que su hermano (…) tenía credibilidad en el interior de las Farc». Al columnista que firma como Juan Paz, en La Patria (Manizales), se le pegó también la manía de escribir el erróneo giro «en el interior de…», que se escucha y se lee diariamente en los medios periodísticos colombianos. Aquí fue peor, porque el opinador escribió «en el interior de las Farc». Dos errores en una sola oración: 1. La sigla FARC debe escribirse en mayúsculas porque no sobrepasa cuatro letras. No importa la naturaleza del grupo, la normativa idiomática no se detiene en esos asuntos; menos ahora que tal grupo es legal. 2. «En el interior de…» indica que hay un lugar cerrado en el que sucede un hecho determinado. No es el caso de una organización, por más clandestina que ella sea o hubiese sido. El otro giro similar, «al interior de…», solamente se usa cuando se quiere decir que hay un movimiento de algo o alguien hacia un recinto, hacia un lugar cerrado: «Petronila se dirige ahora al interior de su habitación». Para los demás casos, debe decirse: en o dentro. «Conchita está en su casa». (No ‘al interior de su casa’); «A Sabulón le sale todo de dentro». La oración comentada debió ser: «El presidente (…) sorprendió con su afirmación de que su hermano (…) tenía credibilidad en las Farc». 

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5. «Se hacen trabajos, tareas en el área de ingles a domicilio». Este letrero lucía en la ventana de una residencia en Bucaramanga. Lo curioso es que por no ponerle tilde a la palabra inglés, el aviso anunciaba tareas a domicilio en las zonas genitales (ingles) de algunas personas. No decía si de damas o de caballeros, pero ingles son ingles. ¿Serán clases de anatomía con copulación incluida? Quizás no, pero si ese no era el caso, el aviso debía decir: «Se hacen tareas de inglés a domicilio». Más corto, además.

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6. «El cabildante pidió la nulidad de dicho decreto, señalando que el jefe de la cartera de Protección Social no podía emitir el mismo». De una noticia publicada por El Espectador, sobre una demanda instaurada contra el decreto que autorizó el uso de la marihuana con fines medicinales. El adjetivo mismo significa igual o idéntico. No obstante, miles de personas creen que mismo es un adjetivo demostrativo; por eso lo usan a diario, sin cesar. Con ese giro (el mismo) están diciendo el idéntico, o el igual. ¿El ministro no podía emitir el igual? ¿Cuál igual? Además, el gerundio señalando no cabe en esa expresión. Corrección: «El cabildante pidió la nulidad de dicho decreto, y señaló que el jefe de la cartera de Protección Social no podía emitirlo». 

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7. «Avión no pudo aterrizar en Bucaramanga porque el aeropuerto estaba cerrado». En esta información del diario Vanguardia hay una imprecisión geográfica. Bucaramanga no tiene aeropuerto desde agosto del año 1974, cuando fue inaugurado el aeródromo Palonegro, que está ubicado en la vereda del mismo nombre, en el municipio de Lebrija, distante 15 kilómetros al occidente de la capital santandereana. Antes de aquel año (1974) sí había terminal aéreo en el casco urbano de Bucaramanga, se llamó aeropuerto Gómez Niño. El error lo cometen también los pilotos de las compañías de transporte aéreo cuando, al aterrizar en Palonegro, dicen por el altavoz: «Señores pasajeros, bienvenidos al aeropuerto Palonegro de Bucaramanga». Es un error de ubicación. Caso similar al del aeropuerto José María Córdova, ubicado en el municipio de Rionegro (Antioquia). Allí aterrizan los aviones que llevan gente con destino a Medellín, pero después de descender del aparato tienen que abordar un vehículo que los conduzca a la capital antioqueña; como se hace desde Palonegro (Lebrija) para llegar a Bucaramanga. Lo correcto hubiera sido: «Avión no pudo aterrizar porque el aeropuerto Palonegro estaba cerrado». Coletilla: Al escribir, la mente no puede andar «volando»; debe estar «aterrizada». 

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

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