Se convirtieron en el último rinoceronte blanco de su grupo de amigos, cuando se dieron cuenta de que eran el último soltero, y no pensaron que la vida les cambiaría tanto. Antes había fiestas, conciertos, viajes de parranda, muchas noches de brindis e infinitos planes, tanto en grupo, o también en pareja. Lo que pasa es que uno por uno decidieron pasar por la vicaria, y en 2020 ellos son el último ejemplar vivo en soltería del grupo.

No hay que preocuparse, si bien esto pasa en todos los grupos, porque hay unos que se casan antes, y otros que retrasan el matrimonio todo lo que les parece, el que se queda soltero se mantiene con ciertas ventajas que hay que saber ver, y que hoy recupero para enumerarlas.

Agenda repleta

Una ventaja de mantenerse soltero es que indudablemente puede seguir ampliando su círculo de amistades y conocidos. Bien porque puede continuar asistiendo a eventos, fiestas, ‘afterworks’, viajes o porque no tiene compromisos familiares: esta condición le permite tener una agenda de contactos amplia y actualizada.

Una noche puede ir a un concierto, otra puede asistir a una charla, y en otra puede reservar en un restaurante recién inaugurado. ¿Acaso esto no es una ventaja?

Lleva una vida de adulto y para adulto

Ser soltero se traduce en que no tiene pareja, y si no tiene hijos, su vida se sigue manteniendo en el círculo de los adultos. No se sabe la canción de ‘Baby Shark’, ni tiene teteros por su casa, tampoco habla de fiebres, pediatras, ni tiene por qué estar amargado porque su hijo tiene que estudiar para los exámenes o porque se tiró alguna materia.

Soltero y sin hijos es una condición que hace que pueda leer el periódico sin que nadie se lo rompa, que pueda ir al cine a ver una película premiada y que no sepa si Elsa es una protagonista de ‘Frozen’. 

Su economía es unitaria

Nos guste o no, los niños y las parejas tienen que repartir los sueldos entre 3 o entre 4 o 5, dependiendo del número de hijos que se tengan. Si bien los padres y madres trabajan y suman a una economía conjunta, todo se tiene que dividir en necesidades básicas y anexas que se presenten.

El soltero, por el contrario, sólo tiene que comprar un tiquete a Aruba (o dos, en el caso de que quiera llevar a una amiga o amigo), una boleta para un concierto, una chaqueta de jean, o un helado de chocolate. Su economía de soltero le rinde mucho más y esto es una auténtica diferencia a la hora de programar viajes, salidas, desplazamientos, tours, compras y caprichos.

Tiene tiempo para mantenerse ‘fit’

Tanto como si es un gran deportista, como si apenas pisa el gimnasio, el soltero tiene más posibilidades de entrenar, de ir en bicicleta, o de apuntarse a una maratón. El soltero suele tener tiempo para invertir en cómo se ve y en qué tipo de productos le hacen verse y sentirse mejor.

La famosa barriga de casado llega cuando este tiempo se agota y las comidas se hacen más copiosas con la rutina. Un soltero puede comer calorías una noche y darse el lujo de entrenar y bajarlas al día siguiente porque el tiempo no es un elemento tan escaso para él.

Tanto el factor del tiempo, como el factor económico hacen que un soltero pueda invertir en sí mismo y pueda estar actualizado, saludable, vigoroso y socialmente activo; factores que pueden contribuir a que se sienta satisfecho con su vida, o incluso, para que se vea tan bien que termine por dejar de estar soltero. ¡Ojo!

Hay que valorar la soltería como una etapa de crecimiento por sí misma, no sólo como un tránsito entre parejas. Estar soltero permite conocerse mejor, entenderse mejor y comprender que la soledad, bien empleada, es una aliada para hacer  aprendizajes y obtener grandes logros en la vida.

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