Cardiles comenzó hace 8 años a practicar con los malabares, hasta el punto que se convirtió en la profesión que le ha permitido sobrevivir en Bogotá. 

Ahora, en tiempos de coronavirus, este joven capitalino ve en este oficio su oportunidad para conseguir el sustento para él y para su familia.

“Siempre me he considerado muy independiente y el malabarismo es algo que me apasiona. Entonces, combinando estas dos cosas, adopté la forma para sobrevivir”, le contó el joven a Pulzo.

En este escenario de pandemia, Cardiles  trabaja entre 5 y 9 horas en los semáforos para conseguir 50.000 pesos que le ayuden a cubrir sus gastos de alimentación y vivienda.

Artista callejero no se fía de las ayudas del Distrito

En su diálogo con este medio, el joven aseguró que al comienzo de la pandemia si acató el confinamiento obligatorio, pero la incertidumbre le ganó y decidió volverse a ganar el pan con su esfuerzo.

Además, expuso que las ayudas del Distrito no fueron suficientes para mantenerse. 

“Se hicieron algunas gestiones por el lado de Alcaldía y demás; pero, como siempre, todos los recursos y las ayudas se quedan en burocracia y protocolos”, manifestó.

El joven reconoció que recibió dos mercados desde la administración local, pero llegó el día en que decidió ponerse tapabocas y guantes para buscar los recursos para sobrevivir.